¿Qué son dos años en una centuria?
Numéricamente, tal vez poca cosa. pero en realidad, cuando esos dos años en cuestión son los que cubren este Informe, su importancia en el primer siglo de existencia de la FIFA es enorme.
En las siguientes páginas se pasará revista a los principales acontecimientos y evoluciones acaecidos entre abril de 1994 y marzo de 1996. Varios de ellos tienen una importancia histórica en la vida de nuestra Federación, no sólo por el hecho de haber abarcado su 90º aniversario, celebrado en mayo de 1995. El Informe se ocupa de las tentativas de agitación en la estructura del fútbol mundial y de la interferencia de autoridades políticas en la vida cotidiana del fútbol; reseña sobre los pasos emprendidos para restablecer los principios de la deportividad y la ética del juego ante la corrupción externa; facilita datos sobre la televisión, los patrocinadores, agentes de jugadores y estadios; explica cómo ha crecido la FIFA, cómo ha aprovechado el potencial de la tecnología, cómo ha creado un nuevo canal de ayuda humanitaria y una facultad universitaria consagrada al deporte, un centro de documentación, una colección de museo, una identidad corporativa.
Y el tema central será el fútbol.
No es muy original, pero vale la pena repetirlo: el fútbol se ha convertido en un fenómeno colosal y existe a veces el peligro de que perdamos la visión del verdadero objetivo de las actividades que nos rodean. Corremos el riesgo de no ver los árboles a causa del bosque. El gran éxito del fútbol prácticamente en todo el mundo (el período de este informe incluye, ante todo, la Copa Mundial 1994 en EEUU, país que ya no debe considerarse como una de las últimas fronteras del fútbol ahora que las barreras hayan caído irrevocablemente), su ramificación social y su impacto económico lo transforman en una potencia fenomenal. Dejemos que hablen las cifras: 200 millones de personas activamente involucradas, cerca de 1,2 millones de personas participando directa o indirectamente, una cifra de negocios anual de unos 200 mil millones de dólares -mucho más que renombradas empresas como Mitsubishi, General Motors, etc.- ... y sin que se llegue a divisar el fin del camino.
Lo más importante es no olvidar el núcleo de todo esto: una pelota, el juguete más simple del mundo. No podemos culpar a otros alrededor nuestro por cometer este error si lo cometemos nosotros mismos. Puesto que influencias externas acosan el fútbol por todos los flancos, es más que nunca crucial atenernos al añejo lema de los entrenadores de no perder de vista el balón.
Joseph S. Blatter
Secretario General