Cuando el astro Nwankwo Kanu brilló con el Ajax Amsterdam en el triunfo de la final de la Copa de Campeones Europeos contra el AC Milan en mayo de 1995 en Viena, los arquitectos de la política de las competiciones juveniles de la FIFA no pudieron contener una amplia sonrisa de satisfacción. El joven nigeriano que en ese momento elevaba el trofeo de clubes más codicionado del continente era -dos años antes- todavía un larguilrucho joven goleador en el Campeonato Mundial FIFA/JVC Sub-17 en Japón.

El juvenil nigeriano Nwankwo Kanu conduce al Ajax Amsterdam a la gloria Europea (izq.), El Brasileño Caio (derecha) es figura estelar del Inter Milan, así como Iván de la Peña del FC Barcelona

El arquitecto principal de la mencionada política es, naturalmente, el Dr. Joäo Havelange, quien abrió las puertas de una carrera ilustre a toda una larga sucesión de jóvenes jugadores, siendo Kanu uno de los ejemplos más recientes y espectaculares. En la misma categoría se puede incluir igualmente a un grupo de extraordinarios jóvenes del Campeonato Mundial Juvenil FIFA/Coca-Cola 1995, como por ejemplo, los españoles Raúl (Real Madrid) e Iván de la Peña (FC Barcelona) o Caio (Inter y Brasil), así como algunos de los astros de Ghana del Campeonato Mundial FIFA/JVC Sub-17 de 1995, quienes han logrado fichar ya con algunos clubes europeos renombrados.

No obstante, una tendencia tal está acompañada también de desventajas; de modo que en el mismo momento de promocionar el fútbol juvenil a nivel internacional, la FIFA está alerta ante cualquier abuso por parte de clubes que quieren fichar jóvenes jugadores que confían en promesas de fama y fortuna, atrayéndolos lejos de sus entornos familiares. Sin duda alguna, algunos clubes tienen mejores antecedentes que otros, pero existe una necesidad general de evitar la explotación de los jóvenes y crédulos.

El fútbol juvenil es, obviamente, mucho más que la cima del iceberg que representan las competiciones de la FIFA. El órgano regente mundial es susceptible a otros proyectos que quieren alcanzar a los jóvenes a una escala más amplia por intermedio de cursos de entrenamiento e iniciativas como el fútbol callejero. Los jóvenes del mundo quieren jugar al fútbol, deporte que no ha perdido nada de su eterno atractivo -pero de cara a la competencia que presentan otros deportes, debemos cuidarnos de no caer en la autocomplacencia.