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El fútbol alcanzó alturas insólitas en 1995. Durante el Campeonato Mundial Sub-17 en Ecuador, el montañista John Veloz escaló el Chimborazo, de 6,310 metros de altura, cerca de Riobamba, una de las sedes del Mundial, y llevó un mensaje de la delegación de la FIFA para enterrarla en las nieves eternas de la cumbre. El periódico local reprodujo el mensaje de la FIFA, en el cual la Federación Internacional extendía sus saludos y expresaba su placer por el éxito del torneo, el primer campeonato mundial jamás disputado en Ecuador.El final del siglo que se acerca ha imprimido ya su presencia inminentesobre la vida de nuestra década actual, no sólo en el sector más obvio del progreso tecnológico. Está cada vez más de moda agregar la fecha "2000" a proyectos del futuro, tal cual lo hizo la FIFA ya a comienzos de 1990 al crear la "Task Force 2000". Ahora la fecha límite se está acercando con suma urgencia.
El fútbol enfoca la fecha de buen augurio con ecuanimidad, aún cuando ciertos desarrollos ocurridos en el período del presente informe hayan dado motivo a reflexionar sobre el significado de la solidaridad que ha caracterizado tradicionalmente a nuestro deporte como uno de nuestros mayores bienes. En términos generales, se debe admitir que continuó creciendo la tendencia de que el fútbol tiene que ocuparse cada vez más de asuntos no deportivosen vez de la directa administración del juego, y que los funcionarios de hoy día, en casi todos los niveles del fútbol, deben estar equipados para hacer frente a toda clase de problemas legales y económicos.
Por más desconcertante que esta tendencia sea, no es una gran sorpresa. Si pretendemos que el fútbol forme una parte central de la sociedad, entonces debemos reconocer igualmente que el fútbol no puede llevar una vida al resguardo de las dificultades de la vida cotidiana. El desafío del futuro residirá en ser capaces de encarar estas situaciones, de saber cómo solucionarlas rápida y definitivamente, y retornar a la labor de manejar el juego propiamente dicho.
Será asimismo de crucial importancia que las iniciativas de modificación de los fundamentos del juego y de sus instituciones surjan solamente de las filas del fútbol mismo y que no sean instigadas desde afuera por motivos de beneficio propio, contrarios al Bien del Juego.