La FIFA ha adoptado una política muy simple, pero efectiva, en los pasados dos años en relación con lo que, por regla general, se considera la revolución en la informática. Si la revolución se puede representar como un tren que se desliza en la distancia a una velocidad a veces arriesgada, entonces la FIFA ha comprado un pasaje, se ha subido a bordo y se ha sentado a la ventana -incluso si la destinación final es aún un asunto de conjeturas.

El símil de tecnología habitual puede parecer algo incongruente en este contexto de alta tecnología, pero muchos de nosotros están haciendo grandes esfuerzos para mantener el paso con los aspectos fundamentales del desenfrenado progreso del mundo de la informática. Para ayudar a superar esta brecha de conocimientos, la FIFA ha contratado los servicios de expertos incluyendo particularmente a aquéllos que estaban a la vanguardia de la tecnología en la Copa Mundial 1994.El sistema empleado fue actualizado y se amplió el alcance de la base de datos de la Copa Mundial, justo a tiempo para celebrar su debut en el sorteo de la competición preliminar de la Copa Mundial en París.

El soporte de la informática deportiva, también de la Copa Mundial EEUU 1994, ha ayudado a la FIFA en su excursión por el espacio cibernético y en la realización de su ambición: establecer con eficacia una oficina de prensa virtualy una agencia de informaciones propia. El creciente grupo de usuarios de Internet en todo el mundo tiene ahora un acceso directo a las informaciones de la FIFA mediante el nuevo servicio on-line de FIFA. Pocas semanas después de su comienzo a fines de 1995, la nueva aparición de la FIFA en la World Wide Web registró más de 30,000 consultas por día y el número continúa aumentando. Dada la gran popularidad general del fútbol, era seguro que el balompié sería uno de los tópicos más requeridos entre los internautas, y la FIFA consideró que es esencial estar presente con su propia información autorizada bajo su propio nombre. La mera presencia del órgano mundial rector en un entorno tan futurista servirá, sin duda, para realzar la posición internacional de la FIFA.

En el transcurso de 1996 se realizarán planes para la próxima fase en la política de informaciones, cuando la amplia base de datos de la FIFA se utilice para servicios de suscripción. El interés potencial en este proyecto es también enorme y el beneficio será que las modestas suscripciones permitirán a la FIFA sufragar algunos de los gastos sustanciales en los que se ha incurrido en la elaboración de todo el proyecto. El día en que las formas tradicionales de divulgación de informaciones sean completamente sustituidas por el espacio cibernético no ha llegado aún, pero el tren está tomando cada vez más velocidad. El informe sobre los progresos en el próximo Informe de Actividades podría contar ya una historia completamente diferente.