Tras alzarse con su tercer título mundial el 21 de junio de 1970, Brasil pasó a ser poseedor definitivo de la copa. Por consiguiente, la FIFA encomendó la fabricación de una nueva copa para el 10° Mundial de 1974. Fabricantes de trofeos deportivos de siete naciones sometieron a la FIFA nada menos que 53 diseños y al final se eligió la obra del italiano Silvio Gazzaniga.
El nuevo trofeo tiene una altura de 36 cm y pesa 4,970 gramos, es de oro puro y el zócalo está orlado con dos guirnaldas de malaquita. El artista describe su obra de la siguiente manera: "Las líneas se elevan en forma de espiral desde la base para abrazar el mundo. De la extraordinaria tensión dinámica del cuerpo compacto de la escultura se despuntan los cuerpos de dos atletas en el momento crucial de la victoria".
La Copa Mundial de la FIFA no puede ser ganada definitivamente. Según el reglamento, queda en posesión permanente de la FIFA. La asociación victoriosa obtiene una réplica, no de oro puro, sino enchapado en oro. El zócalo de la copa tiene lugar para 17 pequeñas placas de inscripción para el nombre de los respectivos campeones. El último lugar será rotulado en el año 2038.