UNA FUERZA QUE DEBE SER TOMADA EN CONSIDERACION

En el abultado correo de la FIFA, hace ya un mes o un poco más, había un recorte periodístico que pedía a la FIFA "que se uniera al mundo real", en otras palabras, que tomara conciencia de la realidad de la sociedad moderna. Pese a que el artículo en cuestión se basaba en una investigación muy pobre y era en parte absurdo, abordaba un punto válido: ¿La FIFA vive en "el mundo real"?.

Más que nunca en esta época es difícil saber qué es "el mundo real". El avance del desarrollo, la influencia de los medios de comunicación, la rápida transmisión de la información, el poder de la tecnología, todo se mezcla a menudo para dar una imagen distorsionada de los verdaderos valores de la sociedad. Y en términos futbolísticos, la expresión no es menos ambigua. Sorprendentemente, el artículo en cuestión acusaba a la FIFA por un lado de ser demasiado "tecnológica", mientras que al mismo tiempo se indicaba que estaba en favor de los intereses de las naciones pequeñas y menos avanzadas. Es decir, por una parte o por la otra, el articulista reconocía inconscientemente que la FIFA estaba haciendo justamente aquello de lo que se le acusaba de desatender (!).

Uno de los mejores caminos para avanzar de la mano con la realidad moderna es preguntando directamente a la gente sobre todos los aspectos del juego y de su gestión. Esta es la tarea de la Task Force 2000, la que fue creada en 1990 y que reúne varios grupos en un foro a fin de intercambiar puntos de vistas sobre cómo promover y mejorar nuestro deporte: jugadores, entrenadores, árbitros, administradores, médicos, todos los que tienen un enlace profesional y práctico con el juego.

Al reunir la Task Force, sin embargo, tenemos que reconocer que no es siempre fácil asegurar la participación de todos los expertos que quisiéramos. Dicho con otras palabras, los jugadores y entrenadores en especial tienen que seguir una rutina que a veces les impide poder participar. Mientras que muchos participantes agradecen el honor de haber sido invitados, otros son reacios en tomar parte y entregar al juego el beneficio de su experiencia y sus amplios conocimientos.

La Task Force goza de credibilidad y pertinencia, pues en ella participan personalidades tales como Franz Beckenbauer y Michel Platini, no sólo porque sus nombres son prestigiosos, sino por el valor de sus contribuciones. Lo mismo es válido para otros sectores, donde los nombres son quizás menos familiares para el público, pero cuyos personajes son de comparable calibre por derecho propio.

Con su alcance y significado, el fútbol debe favorecerse de una buena administración. Y así como los jugadores y entrenadores no se forman de un día al otro, lo mismo ocurre con los buenos administradores. La carrera administrativa puede a veces servir como sustituto a una desafortunada carrera deportiva, pero ambos papeles son realmente complementarios. Pocos jugadores tienen interés, o habilidad, de transformarse en administradores una vez que han colgado las botas, incluso cuando su experiencia práctica sería apreciable. Pero si no están preparados para evolucionar de esta manera, no deberían tampoco estar preparados para criticar a aquéllos que, con menos talento con un balón en los pies, tienen el valor de ponerse al servicio del juego, normalmente por menos dinero y de una forma mucho menos espectacular.

Quizás un componente vital puede considerarse ausente de la Task Force, un hueco muy difícil de llenar: el hincha. La FIFA sabe de la importancia de este grupo, pero identificar al representante genuino de la inmensa población de hinchas del fútbol puede ser tan litigioso como difícil. Aunque nuestra intención es la de rectificar esto durante la próxima reunión, si no antes.

No obstante, la combinación de miembros de la actual Task Force permite mirar el juego desde una multitud de perspectivas. Esto hace que sea una fuerza que hay que tomar en consideración y que asegura que la FIFA no pierda de vista "el mundo real", es decir, el terreno de juego y el juego en sí.

Joseph S. Blatter, Secretario General

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