PENSAMIENTOS Y BUENOS DESEOS DE FIN DE AÑO


ˇ FELIZ AÑO NUEVO!

En pocos días el año 1996 seterminará. Y siguiendo una costumbre (casi) universal, todo el mundo intercambiará buenos deseos y se dirá "ˇfeliz año nuevo!", agregando como prima "y buena salud". Además, se enviará un regalo a las personas más próximas para demostrar amistad y afecto. Buenos deseos convencionales. Para algunos, por educación; para otros, realmente sinceros.

POR MICHEL VAUTROT
es francés y fue árbitro activo de la FIFA hasta 1990. Hoy forma parte de la Comisión de Árbitros de la FIFA.

En estos tiempos que corren, nuestros árbitros necesitarán todas estas atenciones, especialmente aquéllas que desean éxito en su difícil misión, en la cual (y se sabe muy bien) es mejor tener buena salud. Pues nunca este juez deportivo ha sido puesto tanto en tela de juicio como ahora por la famosa ventanilla mágica llamada televisión. Al más alto nivel (profesional), "business is money". Un silbato a la derecha, un balón al centro, pero un poco menos de dinero ... ˇa la izquierda!

El mundo deportivo llora, pero perdona, cuando se yerra torpemente un tiro.

El mundo que se autoproclama deportivo gruñe y acusa, cuando se deja pasar una falta o el silbato no es justo.

A un nivel más modesto (aficionado), el agente de la circulación futbolística no logra tampoco contentar a los que, según indican los diccionarios, juegan por puro placer.

Aquí, un árbitro es acusado de venderse. Allá, lo noquean. ¿Quién se conmueve de verdad? Es por ello que solicito a los ángeles guardianes de los terrenos de fútbol que me permitan soñar en voz alta, formulando en su nombre - es decir, para la competición - votos que parecerán utópicos, a fin de que:
  • el jugador que se ha beneficiado de un error arbitral se acerque al colegiado espontáneamente y se lo señale o no lo critique cuando jamás en su vida ha leído un reglamento (el que normalmente se resume para muchos en las "creencias populares" del estilo de "no fue penal, pues no había peligro de gol");
  • los jugadores profesionales que han terminado su carrera se enrolen en el arbitraje;
  • el entrenador no culpe al cuerpo arbitral de las razones de una derrota;
  • el dirigente deportivo conserve el mismo humor que tenía antes de que su equipo perdiera el partido;
  • el público respete una decisión contraria a sus colores y a sus esperanzas;
  • el periodista no dude en escribir contra los intereses locales si el árbitro ha tenido razón y, en caso de que se haya equivocado, explique lo difícil y compleja que es la tarea arbitral;
  • el árbitro sepa reconocer con humildad sus errores, poniéndose siempre en duda.
Las almas pragmáticas sugerirán una peregrinación a Lurdes para conseguir estos milagros ... Es verdad que si estos votos no se quedan sólo en el papel, el fútbol tendrá ... buena salud, la que le deseamos para el año nuevo. Y que todos sus componentes tengan también "un feliz año", incluso si los más pesimistas (¿o realistas?) auguren que estos deseos se cumplirán cuando las gallinas tengan dientes ... y los árbitros plumas.

Una formidable escuela de vida

En este período llamado comúnmente "las fiestas de fin de año", en el cual se trata de olvidar los problemas cotidianos, permítaseme darles valor para que abracen la carrera arbitral que, para mi gusto, es a menudo descrita negativamente, conviertiéndola en algo repulsivo. El arbitraje es una formidable escuela de vida. Y lo afirmo hasta tal punto que debo reconocer personalmente que, si no sé lo que el fútbol me debe, por el contrario, sé pertinentemente lo que le debo al fútbol.

Esta escuela del arbitraje forma una caparazón y constituye una experiencia fantástica para quien sabe ser positivo y abrir los ojos en (y fuera) el terreno de juego. Por otra parte, si tengo un oficio con el que me gano la vida, debo constatar que fue el arbitraje el que me lo hizo descubrir al permitirme aprender, en todas las latitudes, lo que no había podido siempre hacer u obtener en los libros.

Al comienzo de una carrera, las posibilidades son más grandes de perder prestigio que de llegar a tocar la punta de la pirámide. Pero, ¿es necesario llegar a la cumbre para ser feliz en el arbitraje? ˇNo! Cualquiera que sea la división en la que se actúe, el árbitro tiene la satisfacción exaltante de ser un juez deportivo, sinónimo de ponerse siempre en duda, deseo de equidad, valor, respeto del juego, de lo que se juega y de los actores, conocimiento del prójimo, viajes, encuentros humanos inesperados en lugares inhabituales, facultad de ver la relatividad de las cosas, sin olvidar la sicología necesaria en esta difícil pero noble misión. Y todo esto condimentado con la práctica de una actividad física.

¿Conocen Uds. muchas actividades que permitan conclusiones tan felices?

Razón suficiente para brindar por la llegada del año 1997 y su prosperidad y hacer un llamado sincero en favor del éxito del fútbol y de sus árbitros.

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