El entrenador sudafricano Clive Barker asumió una escuadra nacional sudafricana totalmente desmoralizada y mal organizada en marzo de 1994 y, desde entonces, convirtió a "Bafana Bafana" en campeón continental y finalista de la Copa Mundial en Francia el próximo año

POR: MARK GLEESON
es jefe editor del "Kick-off" y columnista sobre el fu'tbol africano en otras publicaciones como "world soccer"

FIFA MAGAZINE: ¿Cree que como jugador podría haber alcanzado la misma reputación que tiene ahora como entrenador si su carrera no hubiera sido truncada por una grave lesión?

       Clive Barker: "Bueno..., ¡físicamente habría superado a Maradona, sin duda alguna! Bromas aparte, creo que no; era un buen habilitador de pases y recuerdo que la gente decía que tenía una mente futbolística, es decir, que visualizaba muy bien el desarrollo del juego, pero mi rendimiento era catastrófico. Mi incapacidad goleadora era una gran desventaja, así como mi "elevada" estatura, particularmente en el juego aéreo. Honestamente, era un jugador mediocre que jugaba en una buena liga en esas épocas de los años 60, pero dudo que hubiera subsistido en el fútbol moderno contemporáneo.

Pero se le ofreció jugar en Inglaterra...

       Sí, parece que el Leicester City descubrió algo en mí cuando vinieron de gira por Sudáfrica, pero lamentablemente no resultó nada, pues sufrí una grave lesión de la rodilla poco después de que me contactaran. Debuté en Sudáfrica a los 17 años y jugué regularmente hasta aquel suceso. Quién sabe cuál habría sido mi destino en caso contrario...

CLIVE BARKER Clive Barker, de 53 años de edad nacio en balneario costero de Durban y jugó como futbolista profesional en el Durban City en los años 60 hasta que una lesión de la rodilla le truncara la carrera. A continuación, se dedico a negociar con automóviles, actividad que le llevó a la quiebra, teniendo que dedicarse a entrenador de fútbol para sobrevivir. Fue uno de los primeros directores técnicos blancos que dirigió una selección nacional negra en un sistema sudafricano profundamente racial de ligas deportivas separadas por colores de la piel y contrybuyó al derrocamiento de estas barreras raciales. Su carrera en los clubes fue muy exitosa, ganando dos campeonatos de liga y dos títulos de copa con diferentes clubes antes de desempeñar el cargo de seleccionador nacional. De caracater muy vivaz y gran sentido del humor, el pequeño Barker está ansioso de emprender su mayor reto: la Copa Mundial de la FIFA.

Se cuenta que usted comenzó a dedicarse a la dirección técnica después de fracasar en los negocios y verse necesitado de dinero. ¿Es verdad, o hubiera retornado al fútbol de todas maneras?

     No sé si hubiera triunfado en el fútbol, pues fueron las circunstancias que me llevaron al sector de la dirección técnica. Tenía un negocio que no funcionaba bien. Trabajaba durante el día, y de noche conducía un taxi y me decía siempre que debe existir algo que sea más fácil y menos exigente que trabajar las 24 horas del día. Es así que decidí que mi único talento, además de cantar, residía en el fútbol y me convertí en entrenador. Comencé en 1974.

¿Cree que el hecho de ser uno de los primeros entrenadores blancos en superar la barrera racial en Sudáfrica y entrenar a un equipo negro le dio la habilidad que condujo a que amalgamase con tanto éxito la escuadra nacional?

     Sí, sin duda alguna. Tuve que desplazarme a lugares adonde nunca hubiera ido normalmente. Fui uno de los primeros entrenadores blancos que entró en los suburbios negros por la noche. Fue allí donde me di cuenta cuán difícil era para los jugadores de estos lugares desplazarse a los entrenamientos, ya que estos suburbios se encuentran siempre en las afueras de las ciudades y sólo existen trenes como medios de transporte. Creo que me identifiqué con la comunidad negra en ese entonces y eso condujo a que los hinchas me apoyaran en mi vida de entrenador. Y a pesar de estar siempre bajo presión como entrenador, ya que hay que ganar los partidos para mantener el trabajo, creo que existe una continua lealtad de parte de aquellas personas que estaban amalgamadas en aquellos viejos tiempos, cuando era realmente duro para todos. ¿En qué condiciones tuvo que trabajar al comienzo de su carrera de entrenador?

       Muy difíciles. No había iluminación artificial, ni la infraestructura necesaria, ni un lugar para pernoctar. No se podía llevar a un equipo negro a los hoteles, pues eran rechazados por el color de su piel. Lo irónico fue que en una ocasión, cuando viajamos a un suburbio negro en Kimberley, no me dejaron pernoctar en un hotel pues estaba reservado solamente para negros. Era una noche de invierno, muy fría, y cuando pedí la llave de mi habitación, me dijeron que no podía quedarme. Tuve que dormir en mi auto y luego tuve que sobornar al guardia de la noche para que me permitiese ducharme rápidamente antes de que se despertaran los demás. Hoy día, es una anécdota que vale la pena recordar.

En aquellos días no hubiera soñado nunca con ir algún día a la competición final de la Copa Mundial...

       ¡No, nunca figuró en mi calendario! No obstante, la gente debe tener muy presente que los futbolistas sudafricanos contribuyeron mucho más a derrumbar la barrera en los días de la segregación racial que todo el trabajo realizado por los políticos. Los futbolistas estaban decididos a no transigir con nadie; estaban preparados a luchar a fondo. El sector futbolístico sudafricano opuso siempre resistencia a todo lo que no era correcto en este país en aquellos días.

*Mark Gleeson (Sudáfrica) es jefe editor del "Kick-Off" y columnista sobre el fútbol africano en otras publicaciones como "World Soccer". FOTO:BONGARTS/ MARKGLEESON/ POPPERFOTO

       No, nunca tuve ambiciones al respecto. Todos en este país hablan de mi pasión por el fútbol y de que soy un fanático. En realidad, no lo soy. Entre todos los entrenadores que viajarán a Francia, creo que soy el que lleva la vida más equilibrada. No seré nunca un fanático del fútbol. Amo el balompié, la emoción y el hecho de estar vinculado con los jugadores, pero fuera de eso nunca tuve la ambición de conducir a mi país al gran escenario del fútbol mundial. Sin embargo, estoy seguro de que, al igual que todos los demás, estaré muy emocionado cuando suceda. Sea como fuere, nunca he soñado ni he tenido ambiciones de dar dicho paso.

¿De modo que ahora tiene que frotarse los ojos para darse cuenta de que irá a Francia?

       No, nunca tuve ambiciones al respecto. Todos en este país hablan de mi pasión por el fútbol y de que soy un fanático. En realidad, no lo soy. Entre todos los entrenadores que viajarán a Francia, creo que soy el que lleva la vida más equilibrada. No seré nunca un fanático del fútbol. Amo el balompié, la emoción y el hecho de estar vinculado con los jugadores, pero fuera de eso nunca tuve la ambición de conducir a mi país al gran escenario del fútbol mundial. Sin embargo, estoy seguro de que, al igual que todos los demás, estaré muy emocionado cuando suceda. Sea como fuere, nunca he soñado ni he tenido ambiciones de dar dicho paso.

Sudáfrica parece ocupar un lugar especial en el seno del fútbol mundial por su extraordinario salto después de tantos años de aislamiento. ¿Qué opina a este respecto?

       Tuvimos que edificar primero una base de apoyo entre nuestra gente; gozamos asimismo de muchos hinchas en ultramar y estoy seguro de que existe una gran simpatía por Sudáfrica de la cual nuestro equipo tiene que beneficiarse. Indudablemente, existe una gran admiración internacional por el Presidente Mandela, lo cual nos ayuda mucho. Los jugadores fueron grandes embajadores y fue muy duro para ellos intentar recuperar todos esos años de aislamiento. Debemos agradecer asimismo a todas aquellas naciones del mundo que apoyaron el deporte sudafricano y no permitieron romper el boicot deportivo que, en definitiva, condujo al cambio en nuestro país. Agradecemos a estas naciones su posición resoluta e implacable.

¿Dónde estará el 12 de julio del próximo año?

     ¡Jugando contra Brasil...o quizás Francia -no importa contra quién- en la competición final de la Copa Mundial!

Retornar a la Tabla de Contenido [TOC]