Cada continente tiene un campeonato para selecciones nacionales. Pero cada una de estas conpeticiones tiene su propia historia y fascinación.

En una nueva serie describimos la creación y el desarrollo de los diferentes campeonatos continentales.

Comenzamos con la Copa Asiática.


LA COPA ASIÁTICA

CUANDO EL ORIENTE ENFRENTA AL OCCIDENTE

El fútbol de clubes comenzó a desafiar las competiciones de selecciones nacionales en Asia solamente en la última década como foco del interés de los hinchas. A lo largo de todo el siglo, el fútbol asiático estuvo dominado por torneos de fiera rivalidad nacional. De todos ellos, la Copa Asiática es el máximo acontecimiento.

En la primera mitad de esta centuria e incluso más, el fútbol en Asia abarcaba solamente el Lejano Oriente, el sureste de Asia y el subcontinente índico. La llegada de los poderosos equipos árabes era aún un fenómeno desconocido.

El primer gran desarrollo hacia un campeonato panasiático se produjo en 1951 con la introducción del "All-amateurs Asian Games" (Juegos Asiáticos), celebrado en India. La escuadra local, que no era ninguna potencia futbolística en Asia, logró ganar el título gracias a la influencia del británico pasado colonial deportivo, derrotando a Irán en la final disputada en Nueva Delhí.

Los segundos Juegos Asiáticos de 1954 marcaron, al mismo tiempo, la fundación de la Confederación Asiática de Fútbol. Una de las prioridades de dicha confederación fue la organización de su propio campeonato continental (en ese entonces, sólo Sudamérica tenía su propio torneo). Sin embargo, al comienzo se decidió reducir el número de finalistas a cuatro y no permitir la participación a todos los interesados, tal como sucede en los Juegos Asiáticos.

Inicio en Hong Kong

Es así que en 1956, nueve de los primeros 12 miembros de la AFC se inscribieron en la competición preliminar del campeonato, distribuido en tres grupos de clasificación geográficos. Malaisia, Camboya, China y Filipinas fueron eliminados, quedando la Rep. de Corea, Israel (cuyos adversarios de grupo originalesPakistán y Afganistán rehusaron enfrentarse a él) y Vietnam, equipos que viajaron luego a Hong Kong para disputar el cuadrangular con los dueños de casa. El nuevo torneo despertó un enorme interés entre las masas de la colonia británica y llenó a tope las gradas del "Government Stadium" en los seis encuentros. Corea del Sur se alzó por primera vez con el nuevo trofeo, delante de una escuadra israelí decepcionante y una selección local muy combativa. Había nacido la Copa Asiática.

La segunda edición en 1960 fue organizada por Corea del Sur. Y el anfitrión volvió a ganar la Copa en un delirio de entusiasmo tal que el Primer Ministro coreano, invitado de honor en la derrota decisiva de Israel por 3 a 0, decidió abandonar el estadio de Seúl durante el partido pues no lograba ver el terreno de juego.
Arriba: una escena de la final de 1988 entre Corea del Sur y Arabia Saudita.
Arriba: Colorido ambiente en la Copa Asiática del mismo año.
FOTOS: Guy Jeffroy

Israel se vengó

Cuatro años más tarde, en terreno propio en Jerusalem, donde la competición final fue aumentada a 12 equipos. India se llevó la medalla de platasu mejor actuación en la Copa Asiática, pero el torneo se recuerda más bien por la ausencia de los astros de Corea del Sur y los comentarios del Presidente de la FIFA, Sir Stanley Rous, sobre el deficiente nivel de deportividad en el certamen.

A continuación siguió la época de oro de Irán. Los iraníes ganaron las tres siguientes Copas Asiáticas (dos veces en casa), así como los Juegos Asiáticos, y consiguieron la clasificación para la Copa Mundial 1978 en Argentina. Tuvieron incluso una racha invicta en la Copa Asiática entre 1968 y 1976. Burma vivió sus momentos de gloria al ganar la medalla de plata en 1968 y dos veces la medalla de oro en los Juegos Asiáticos en ese mismo lapso. Gracias a esta tripleta del triunfo iraní, que fue truncado por los devastadores cambios políticos en Irán, los países árabes se unieron a la AFC e incrementaron el número de candidatos para la Copa Asiática. Asimismo, fue el comienzo de una nueva polarización de fuerzas en Asia, entre las partes extremas del Oriente y del Occidente del continente, además de los pujantes contendientes del subcontinente índico y del sureste de Asia que trataban de mantener el paso con los mejores.

El triunfo de Japón en 1992

Kuwait transformó cuatro años más tarde su medalla de plata de 1976 en oro en terreno propio, antes de figurar en los titulares de los medios informativos debido a los conocidos trastornos en el partido contra Francia en la Copa Mundial 1982. En los años 80, el creciente número de participantes exigió un método de clasificación más sistemático y se jugaron por primera vez torneos de grupo en Abu Dhabi, Bangladesh, Tailandia y Filipinas.

La competición final en Singapur anunció el inicio de una nueva era en la Copa Asiática. No sólo por la nueva estrategia de comercialización de la AFC relativa al evento, el aumento de la cobertura televisiva y la eclipse definitiva de los Juegos Asiáticos como torneo más importante del continente, sino también porque fue la primera de las cuatro consagraciones de la nueva potencia asiática Arabia Saudita. En el torneo final de Singapur, disputado en el césped del Estadio Nacional, sumamente maltratado por lluvias torrenciales, los sauditas se proclamaron campeones tras superar a otro equipo que estaba en camino de afianzar un puesto entre las naciones internacionales de élite: China.
Una escena del partido Arabia Saudita contra Qatar en el año 1984.

Parecía solamente cuestión de tiempo para que China, que se afilió a la AFC en 1974, obtuviese los honores de triunfar, pero este paso se postergó. La final de 1988 fue ganada por Arabia Saudita en Qatar, siendo el primer título decidido por ejecuciones desde el punto penal. Batió a Corea del Sur (que se había clasificado para la competición final de la Copa Mundial 1986) tras un empate a cero. El partido por el tercer puesto entre Irán y China finalizó también con igualdad a cero, ganando Irán tras los penales.

Debut para el Líbano

Arabia Saudita fue privada de su tercer título consecutivo en 1992 cuando Japón se mecía en una ola de fanático apoyo por parte de sus hinchas, que acababan de descubrir la pasión por el fútbol en la nueva "J. League", y se alzó merecidamente por primera vez con el codiciado trofeo en el magnífico y flamante estadio de Hiroshima con un único tanto realizado por el héroe local Takagi.

Y así llegamos a 1996 y a la competición final de diciembre pasado en los Emiratos Arabes Unidos (véase páginas 28-29), en la cual Arabia Saudita volvió a su sendero triunfal para ganar el quinto título. En la próxima Copa Asiática, en el año 2000, se romperá con la regla tácita de las últimas ediciones, según la cual se venía alternando entre las dos poderosas bases del Cercano y el Lejano Oriente. El decimosegundo Torneo se organizará en Líbano, lo cual significa que el equipo local podrá participar por primera vez en la Copa Asiática, firmemente establecida como el acontecimiento futbolístico más codiciado en el continente más populoso del mundo.

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