¿SOLAMENTE PARA ESTADISTICOS?

CUANDO EL AUTOGOL REALMENTE NO CUENTA

Los autogoles fueron siempre parte integrante del fútbol, ¿pero existen realmente? Y si existen, ¿qué es, en realidad, un autogol?

El último autogol en una Copa Mundial: en 1994, Andrés Escobar (Colombia) batió a su propio portero Oscar Córdoba en el partido contra EEUU.
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POR: KEITH COOPER
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OLÉ ANDERSEN ©

La Regla X del texto actual de las Reglas de Juego se titula Tanto Marcado y es sumamente clara. Reza así:

"...se ganará un tanto cuando el balón haya traspasado totalmente la línea de meta entre los postes y por debajo del larguero sin que haya sido llevado, lanzado o intencionadamente golpeado con la mano o el brazo por cualquier jugador del equipo atacante, excepto en el caso de que lo haga el guardameta que se halle en su propia área penal."

"Por el equipo atacante"! ¿Y dón- de queda el equipo defensor? ¿Significa esto que el autogol no existe? Por más que dicha parte haya sido eliminada ahora en el texto revisado de las Reglas que entrarán en vigor en julio próximo, el texto actual fue válido para todos los "autogoles" durante más de un siglo...

Figura 1
Si existe un caso que pueda titularse "autogol incuestionable", entonces será indudablemente el presente. El defensor azul Mengano introduce el esférico en sus propias redes sin intervención de algún adversario rojo. Puede ser que haya jugado mal el balón en un pase hacia atrás debido al acoso de un adversario, pero el error es totalmente su culpa. Es posible también que el error haya ocurrido después que Mengano recibiera el balón fuera del área penal, proveniente de un saque de meta lanzado por el guardameta o un compañero, sin que algún jugador rojo hubiera intervenido en la jugada. Este caso deberá ser considerado como autogol y Mengano no podrá cuestionarlo.

Veredicto: autogol.

Quitando el concepto autogol, se quita una parte del drama del fútbol. El desafortunado defensa que desvía la pelota a las redes de su propia meta, concediendo así el gol decisivo en un partido crucial de copa, es parte de las efemérides futbolísticas (por más que el defensor desconsolado no lo vea así).

Lo cierto es que los autogoles son contadísimos. En todos los Mundiales desde 1930, se marcaron solamente dieciocho de autogoles (véase gráfico en pág. 10), y si los volviéramos a analizar actualmente en vídeo, algunos incluso no se considerarían más como tales. Sin embargo, si las Reglas de Juego no hacen referencia a autogoles, y si no existe una definición oficial, entonces ¿quién decide si un gol es o no autogol?

Según las Reglas, no es necesario registrar los autores de los goles. Mientras el gol sea válido, la identidad del autor que propulsó el esférico por encima de la línea de la meta es, en el sentido estricto de la palabra, irrelevante.

Sin duda alguna, este anonimato nació del espíritu modesto de los primeros entusiastas del fútbol para quienes los intereses del equipo eran totalmente superiores a los individuales. Esta filosofía desinteresada sigue existiendo aún hoy día, pero ignora la moderna realidad contemporánea.

Las personas expertas en estadísticas vienen registrando desde hace décadas -mucho antes del advenimiento de la tecnología moderna- los nombres y las hazañas de los goleadores, lo cual es totalmente comprensible, ya que los historiadores del fútbol desean disponer de los datos más precisos.

¿Fulano o Mengano?

En la actualidad, existe otro tipo de consideración, algo más materialista. En torneos y campeonatos, se ofrecen cada vez mayores premios a los goleadores y la mejor o peor clasificación de los mismos puede depender de un único gol atribuido ya sea al atacante o considerado como autogol. La definición objetiva no debería depender de los intereses de premios individuales o promociones comerciales, pero también este punto forma parte de la realidad futbolística actual.

Figura 2
En esta situación, un atacante rojo envía un pase a Fulano, quien se proyecta a una posición prometedora de gol en el área de meta contraria. La presencia de Fulano y su acometida irritaran claramente al defensor Mengano, quien introduce el balón en sus propias redes al tratar de evitar que Fulano lo reciba. Fulano reivindica el gol debido a su influencia en la acción de Mengano, pero en realidad Fulano no ha tocado el esférico. De modo que es claro que un jugador que no ha tocado el balón no puede marcar un gol. Además, Mengano fue involucrado deliberadamente en el incidente.

Veredicto: autogol.

Cuántas veces hemos ya escuchado y leído que "el remate de Fulano no hubiera entrado en la meta si no hubiera sido por el desvío de Mengano a sus propias redes". Mengano se sentirá responsable, pero, sin duda alguna, Fulano reivindicará el gol para sí.

La pregunta que se formula es: ¿quién tiene razón: Fulano o Mengano? ¿Y quién decide en cuanto al autor del tanto?

No existen criterios generales

El presidente de la Comisión de Arbitros de la FIFA es categórico: "deberá decidir el árbitro. Quizás tenga que comprobar con los equipos para asegurarse de quién tocó por último el esférico en situaciones dudosas, pero el nombre que figure en el informe del árbitro es el que deberá figurar luego en los archivos oficiales".

Sea como fuere, los equipos y los jugadores tienen sus propios métodos para decidir este asunto. No obstante, en lo que concierne a los autogoles, no disponen de un criterio universal como base para sus decisiones. El defensa Mengano podrá aceptar la responsabilidad del autogol o bien rechazarla, mientras que el atacante Fulano puede reivindicar el gol para sí o admitir modestamente que no ha sido obra suya.

Más aún, según los continentes -e incluso los países- el autogol se interpreta en forma diferente, desde el achacar la culpa al defensor por esta intervención no intencionada hasta incluso ignorar por completo el concepto mismo. También en estos casos no es la validez del tanto que está en tela de juicio, sino la identidad del goleador.

Veamos a continuación algunas situaciones de "autogol" y tratemos de aclarar la confusión. En nuestros gráficos, los rojos son los atacantes y los azules, los defensores.

Figura 3


Ahora el asunto se pone polémico. Fulano remata a la meta y la pelota puede encontrarse en trayectoria a la portería o bien estar en camino a pasar junto a la misma en el momento en que Mengano interfiere y desvía el esférico a las redes, descolocando a su propio guardameta. Tanto el árbitro como cualquier otra persona no estará en condición de saber a ciencia cierta si el balón hubiera entrado en las redes o no sin la intervención de Mengano. Sin embargo, si el árbitro considera que el balón se hallaba en trayecto hacia la portería, entonces el caso será similar al de la figura 4.
Debemos considerar asimismo con mayor exactitud el concepto de intervención deliberada o no intencional por parte de Mengano y considerar igualmente si estaba intentando bloquear activamente el tiro de Fulano o si fue simplemente golpeado por el balón sin la intención de querer jugarlo. Si la intervención y desvío de Mengano son claramente no intencionales, entonces el gol se atribuirá a Fulano.
También puede ser que Mengano trató de jugar intencionadamente el balón en el momento de desviarlo a las redes, pero el árbitro decide, pese a todo, que el balón no estaba en trayecto hacia la meta. Esta es la clásica situación que dará lugar a acalorados debates en cuanto a si ha sido o no autogol. Sin embargo, el factor decisivo es que la situación originó de una tentativa genuina de gol; pese a que el balón no se encontraba en trayecto hacia la meta, el gol deberá atribuirse al atacante.

Veredicto: gol de Fulano.

Figura 4


En este caso, Fulano ha rematado a la meta y el balón se encontraba claramente en trayectoria hacia la misma. Sin embargo, el esférico golpea a Mengano, desequilibra al portero y entra en las redes. Independientemente de la intervención de Mengano, la cual puede ser deliberada o no (es decir, Mengano podría haber tratado de jugar el balón o bien el mismo pudo haberlo golpeado por casualidad), no existe ninguna posibilidad de probar que el guardameta hubiera podido detener la pelota. De tal suerte, el tanto cuenta como gol.

Veredicto: gol de Fulano.

Figura 5


Aquí tenemos una situación en que Fulano remató de una forma tan imprecisa que la pelota hubiera salido por el banderín de esquina en vez de terminar en las redes si no hubiera sido por la intervención -deliberada o no- de Mengano, quien la desvió a las redes. No obstante, valen nuevamente las consideraciones de la figura 3. Todas las acciones de los atacantes deben ser consideradas como tentativas directas o indirectas de colocar el balón en las redes del adversario.

Veredicto: gol de Fulano.

Mundiales: sólo 18 autogoles

De los 1,584 goles marcados en los 15 Mundiales celebrados desde 1930, solamente 18 fueron considerados autogoles. Nada menos que cinco de ellos se produjeron en el torneo con goles a granel disputado en Suiza en 1954.

En el último Mundial en 1994, el único autogol fue convertido por el defensa colombiano Andrés Escobar contra EEUU.

El famoso autogol de Berti Vogts contra Austria en el Mundial de 1978: el balón rebotó de su rodilla a las redes.
FOTO: PRESSEFOTO BAUMANN

En 1978, el defensor alemán Berti Vogts desvió la pelota a la puerta del guardameta Sepp Maier en la histórica derrota del campeón mundial Alemania contra Austria en Córdoba. Vogts recuerda muy bien el incidente: "He marcado solamente dos goles en mis 96 encuentros para Alemania: uno contra Malta en la victoria por 8 a 0 y otro en mi último partido, cuando Austria nos derrotó por 3 a 2.

"Recuerdo el incidente claramente:" Sepp Maier calculó mal un centro alto y potente, la pelota golpeó mi rodilla y entró en las redes. No tuve la más mínima posibilidad de reaccionar. Quizás no se trató de un autogol en el sentido propio de la palabra, ya que un tanto tal presupone la completa responsabilidad del jugador por su acción, pero el gol entró en los anales como un autogol."

"En ese entonces, el suceso me irritaba enormemente, pero a medida que iba pasando el tiempo comencé a tomarlo con mayor calma y humor y me consolaba diciendo que al menos le hice un favor a los austríacos - después de todo, era la primera vez que lograban derrotar a Alemania en 47 años".

Además de la Copa Mundial, la final de la Copa de la Asociación Inglesa tiene reputación de haber producido numerosos autogoles (particularmente el Tottenham Hotspur), principalmente en los años 80 y 90. Tommy Hutchinson de Manchester City no marcó solamente un gol para su equipo, sino también uno para sus adversarios en el empate a uno en 1981. Des Walker batió a su propio portero del Nottingham Forest contra el Spurs en 1991. El caso más dramático fue cuando el capitán del Spurs Gary Mabbut desvió el balón a sus propias redes en los últimos minutos de la final de 1987, concediendo así la victoria al Coventry City por 3 a 2, después de que el capitán del Coventry Brian Kilcline había marcado asimismo un autogol en el correr de la contienda...

Autogoles en la historia de los Mundiales
Año Autogol Partido Autor Resultado o final
1994 1 USA - Colombia Escobar, COL 2:1
1990 -      
1986 1 Korea Republic - Italy Cho Kwang-Rae, KOR 2:3
1982 1 England - Czechoslovakia Barmos, TCH 2:0
1978 3 Austria - West Germany
Netherlands - Italy
Scotland - Iran
Vogts, FRG
Brandts, HOL
Eskandarian, IRN
3:2
2:1
2:0
1974 3 Argentina - Italy
Netherlands - Bulgaria
East Germany - Australia
Perfumo, ARG
Krol, HOL
Curran, AUS
1:1
4:1
2:0
1970 -      
1966 2 Hungary - Bulgaria
Portugal - Bulgaria
Davidov, BUL
Vutzov, BUL
3:1
3:0
1962 -      
1958 1 Hungary - Mexico Gonzualez, MEX 4:0
1954 5 Austria - Uruguay
Austria - Switzerland
Germany - Yugoslavia
England - Belgium
France - Mexico
Cruz, URU
Hanappi, AUT
Horvat, GER
Dickinson, ENG
Cardenas, MEX
3:1
7:5
2:0
4:4 a.e.t.
3:2
1950 -      
1938 1 Switzerland - Germany Lörtscher, SUI 4:2
1934 -      
1930 -      
Total 18 en un total de 1584 goles marcados entre 1930 y 1994 = 1.1%

Conclusiones

El fútbol es un deporte tan creativo que una lista tal de situaciones posibiles podría alargarse infinitamente. No obstante, la mayoría de los casos serían variaciones de los puntos básicos arriba mencionados.

Resumamos pues las conclusiones principales:

  • el autogol existe
  • el árbitro deberá decidir si se trata o no de un autogol -pese a que no forme parte de sus deberes principales- en base a los ejemplos mencionados aquí y tras consultar con los equipos en caso de necesidad. Si hay un inspector de partido presente, será él quien decida
  • la intervención de un defensor debe ser deliberada para que sea considerado autor de un autogol
  • el atacante deberá ser el último jugador de su equipo en tocar la pelota antes de que pase la línea de la meta para que sea considerado el autor del gol.

Figura 6


Aunque parezca mentira, tales situaciones existen. Fulano remata y el balón rebota del poste (o es depejado por un defensor azul sobre la línea). La pelota cambia su dirección y está claramente en trayecto hacia el campo cuando golpea al guardameta o a un defensor azul y entra en la red. Aquí también el factor decisivo será si la pelota ha sido o no jugada deliberadamente. En caso de que el guardameta se lanzara al suelo para atajarla, no consiguiera detenerla y el esférico rebotara del poste golpeando luego su espalda para entrar finalmente a la red, entonces se tratará de una intervención deliberada.

Veredicto: autogol.

O que Mengano, en la línea, tratara de despejar la pelota cuando ésta rebotó hacia él desde el poste, consiguiendo solamente desviarla a la red.

Veredicto: autogol.

Sin embargo, si el balón rebota del poste y golpea casualmente a Mengano y entra en la red, Mengano no será responsable de la acción.

Veredicto: gol de Fulano.

Figura 7


En este gráfico, Mengano intenta despejar, pero el balón golpea al atacante Fulano. A pesar de que la intervención de Fulano no sea intencional, se tendrá que suponer que toda intervención de un atacante frente una acción de un defensor es intentar marcar un gol.

Veredicto: gol de Fulano.

Figura 8


El defensor Mengano trata de despejar la pelota de su área penal, pero el esférico golpea a un compañero y entra en su propia meta. Indudablemente, la intervención del segundo jugador no es intencional, pero no participó tampoco ningún atacante adversario en la jugada.

Veredicto: autogol de Mengano.

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