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ALEMANIA ENCUENTRA LA HORMA DE SU ZAPATO

EL GOL DE BELLOUMI MARCA
LA
HORA TRIUNFAL DE ARGELIA


Argelia en el Mundial de 1982
Argelia en el Mundial de 1982: los héroes de Gijón. Foto: Afrique Football.


POR: HEDI HAMEL
Basado en el libro "La Grande Aventure
du Football algérien"
de Hédi Hamel
(publicado en la editorial GAM-ENAL)

Era el 16 de junio de 1982 en el estadio Molinón de Gijón cuando Alemania se enfrentó a Argelia en un partido que todos consideraban definido de antemano entre estas dos escuadras claramente desiguales.

Espaņa 1982
En las Copas Mundiales de la FIFA siempre ha habido un sinfín de conmociones y sorpresas. En esta serie, el FIFA Magazine echa una mirada retrospectiva a algunos de estos sucesos insólitos que han entrado en los anales de la historia del fútbol. Después de la hazaña de Camerún en 1990, relatada en la edición de febrero, presentamos ahora otra sorpresa africana: Argelia en España 1982.
Poco después de que Alemania y Argelia fueran sorteadas en el mismo grupo, comenzaron las grandes polémicas tras los comentarios que hicieran los astros alemanes como Stielike, Rummenigge, Littbarski y Breitner ante la prensa, radio y televisión africana augurando una terrible goleada y dedicando los goles a sus respectivos familiares. Todo el equipo alemán repetía sin cesar el mismo canto a toda la prensa internacional hasta el día antes del partido. El entrenador Jupp Derwall llegó incluso a alardear que empacaría sus cosas y retornaría inmediatamente a casa si Alemania no batía a Argelia...

A las tres de la tarde del 16 de junio los equipos partieron al estadio donde el ambiente comenzaba a caldearse, aunque todo se desarrollaba con una gran calma. Una hora antes del choque, ambos equipos salieron a la cancha para examinar el perfecto estado del césped: por un lado, los gigantes alemanes; por el otro, los menuditos y desválidos argelinos que los alemanes querían comer crudos con una rica salsa bávara y liquidar rápidamente como a una hamburguesa. Apretamos los dientes y nos preguntamos qué tipo de debacle nos esperaba.

Alemania salió a jugar lleno de determinación y vocación de ataque, mientras que Argelia estaba aterrorizada a muerte. El equipo africano se limitó a defender únicamente y a retener la pelota en sus propias filas. Luego, a los 25 minutos de juego, que parecieron una eternidad para los 3,000 hinchas argelinos, el pequeño Assad osó lanzar el primer ataque que hizo que las primeras campanitas de alarma sonaran en el campo alemán. El orquestador de juego Merzekane comenzó a desdoblarse por toda la cancha y la selección argelina empezó a sacarse los complejos de encima y a hilvanar su propio juego. El partido se equilibró con una ligera ventaja para los fogosos africanos poco antes de la pausa. Briegel y Kaltz tenían cada vez mayores problemas con los escurridizos punteros Madjer, en la derecha, y Assad, en la izquierda, mientras que en el lado opuesto de la cancha, Kourichi tenía totalmente controlado al peligroso ariete alemán Hrubesch.

Los alemanes se pusieron incluso más nerviosos al comienzo del segundo tiempo debido al dominio argelino y sus contados ataques se limitaron únicamente a buscar las cabezas de Rummenigge y del gigante Hrubesch, sin aportar el éxito deseado.
LOS PARTIDOS DE ARGELIA
PRIMERA VUELTA
RF Alemana - Algeria 1:2 (0:0)
Ciudad: Gijón
Espectadores: 42,000
Goleadores: Madjer (54) 0:1,
Rummenigge (67) 1:1,
Belloumi (68) 1:2.
Algeria - Austria 0:2 (0:0)
Ciudad: Oviedo
Espectadores: 22,000
Goleadores: Schachner (55) 0:1,
Krankl (67) 0:2.
Algeria - Chile 3:2 (0:0)
Ciudad: Oviedo
Espectadores: 16,000
Goleadores: Assad (7) 1:0,
Assad (31) 2:0,
Benasoula (35) 3:0,
Neira (59, penalty) 3:1,
Letelier (73) 3:2.

Y de pronto advino la gran conmoción. Iban 52 minutos de juego cuando Zidane se proyectó arriba con un veloz contraataque, habilitando a Belloumi, quien se halló luego completamente solo frente a Schumacher. El portero alemán logró desviar el remate del argelino, pero sólo hasta el poste derecho donde Madjer estaba al acecho y con un volea precisa incrustó tranquilamente el esférico en las redes a la vez que dos defensores alemanes se abalanzaban desde atrás para detenerlo. El gol petrificó a los hombres de Derwall, mientras que Madjer, quien había llegado a España en un estado físico mediocre y jugaba con vendajes, entraba en los anales de la historia futbolística.

No obstante, el partido aumentaría aún en suspenso. Los alemanes reanudaron el juego furibundos, decididos a borrar este insulto que acababan de recibir y poner las cosas en el orden que ellos consideraban justo. No obstante, los argelinos amaban este tipo de contienda dura, cortada a su medida y con un resultado completamente diferente a lo que la gente esperaba. Los dos entrenadores nacionales de Argelia Khalef y Mekhloufi habían amalgamado un equipo que jugaba mejor contra equipos considerados superiores a su escuadra. Sin embargo, la euforia fue breve. Magath lanzó un centro bajo y cruzado y Rummenigge apareció en escena, introduciendo el balón con su famoso remate letal en la valla argelina.

ESPAÑA '82

Fecha: 13 de junio - 11 de julio de 1982
Sedes: La Coruña, Vigo, Gijón, Oviedo, Alicante, Elche, Bilbao, Valladolid, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga, Barcelona, Madrid
Partidos: 52
Participantes: Italia, Polonia Perú, Camerún (grupo I); RF de Alemania, Argelia, Chile, Austria (II); Argentina, Bélgica, Hungría, El Salvador (III); Inglaterra, Francia, Checoslovaquia, Kuwait (IV); España, Honduras, Yugoslavia, Irlanda del Norte (V); Brasil, URSS, Escocia, Nueva Zelanda (VI).
Goles: 147 /2,82 por partido
Goleadores: Paolo Rossi (ITA) 6; Karl-Heinz Rummenigge (GER) 5; Zico (BRA) y Zbigniew Boniek (POL) 4 c/u.
Final: Italia - Alemania 3:1 (0:0) en el estadio Santiago Bernabeu en Madrid ante 90,000 espectadores. Goleadores: 57' Rossi 1:0, 69' Tardelli 2:0, 81' Altobelli 3:0, 83' Breitner 3:1.
3er puesto: Polonia - Francia 3:2 (2:1) en Alicante ante 28,000 espectadores. Goleadores: 13' Girard 0:1, 40' Szarmach 1:1, 44' Majewski 2:1, 46' Kupcewicz 3:1, 72' Couriol 3:2.
Quedaban aún 23 minutos de juego, pero el empate en vez de desmenuzar a los argelinos, tuvo un efecto galvanizador y los sacudió de ese trance en el que se hallaban después de su primer gol. La ventaja sicológica del tanto de empate alemán no llegó a surtir ningún efecto, pues Argelia necesitó solamente unos pocos segundos para desquitarse: un perfecto pase del todoterreno Dahleb halló a Assad desmarcado, cuyo rápido centro fue colectado directamente por Belloumi, quien remató sobre la marcha, dejando sin posibilidades al portero Schumacher.

La noche de Infiesto

Fue un remate genial y mortal. Sólo 40 segundos después del gol de Rummenigge, los argelinos volvían a pasar adelante y el estadio Molinón fue inundado por banderines verdiblancos en medio del atronador clamoreo de los 42,000 espectadores, junto con la alegría de millones de teleespectadores en todo el mundo. Fue realmente una hazaña imponente como Argelia consiguió hacer realidad su cuento de hadas, alcanzado algo que conmovía al mundo entero. Nadie los podría detener ahora. Breitner y sus compañeros lanzaron un ataque tras otro a medida que se aproximaba el término del encuentro, pero el baluarte argelino resistió. Ninguno de ellos, ni siquiera Kourichi, Guendouz, Cerbah, Mansouri, Fergani y los otros, sabían de dónde sacaban las reservas de energía para resistir a la devastadora maquinaria germana. Y luego, de pronto, todo terminó: Rummenigge, Briegel, Breitner, Schumacher, Kaltz, Magath y los otros quedaron abatidos en el césped de Gijón. Esa noche, cuando la victoria de Argelia fue festejada con un sinnúmero de fiestas en todas las ciudades y pueblos africanos, los simpáticos habitantes del pequeño pueblo español de Infiesto, a 50 km de Gijón y sede de la selección africana, prepararon una recepción histórica a la escuadra africana. Todos los jugadores de la selección argelina quedaron conmovidos por la forma en que los asturianos, conocidos por su forma reservada de ser, se entregaron llenos de entusiasmo y regocijo a festejar la victoria. Los periodistas argelinos, muy solicitados por la prensa internacional, tenían que responder continuamente a las mismas preguntas sobre el nombre completo de Merzekane, el número de hijos de Assad, el lugar donde juega Madjer, el lugar donde vive Guendouz, etc.

Fue una noche larga, muy larga - e inolvidable. El 16 de junio de 1982 se escribió una de las páginas más hermosas de la historia del fútbol africano.

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