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21ª COPA AFRICANA DE NACIONES EN BURKINA FASO - La sagrada tranquilidad de los faraones

Un solo gol concedido, diez anotados y una única derrota en seis partidos: el balance del vencedor Egipto y de su entrenador Mah-moud Al Gohari es netamente positivo. Este cuarto título continental para el fútbol egipcio borra algo su poca gloriosa eliminación del Mundial 98.

Posando con el trofeo Posando con la copa: el guardameta de Egipto El Sayed (dcha.) y su capitán Hossam Hassan.

POR: FAOUZI MAHJOUB
periodista tunecino y reconocido experto del fútbol africano.

Cinco horas y media de avión separan el aeropuerto parisino Roissy-Charles de Gaulle del aeropuerto internacional de Uagadugu, donde un aeródromo de aspecto banal y de interiores austeros recuerda inmediatamente al viajante en que capital ha desembarcado: Burkina Faso, con una extensión de 274,200 km2 (la mitad de la superficie de Francia) y una población de más de 10 millones de habitantes. Una país que figura en el 172º rango de la tabla mundial del "índice de desarrollo humano" (1) y en el 163º rango desde el punto de vista del producto interno bruto por habitante (con una paridad de poder adquisitivo de 780 USD). Uno de los países más pobres del planeta, donde no fluye el petróleo y donde el 90% de la población activa trabaja en el sector rural.

       No obstante, la Confederación Africana de Fútbol (CAF) no vaciló en el momento de confiar a Burkina Faso la organización de la etapa final del 21ª Copa Africana de Naciones (CAN). Esta elección suscitó enorme escepticismo y muchos opinaban que la carga de hospedar un torneo internacional de dieciséis equipos sería demasiado pesada para los débiles hombros de un país que figura entre los más pobres de la tierra.

Una de las mejores Copas Africanas        El Presidente de la CAF, Issa Hayatou, se apresuró en desvirtuar estas dudas diciendo: "Estoy totalmente convencido del éxito de la CAN 98. La población de Burkina Faso es gente seria y consciente, y la voluntad del gobierno se expresa en la participación personal del jefe de Estado, Blaise Compoaré, en la organización de la manifestación. No tengo ningunas dudas en cuanto al buen desarrollo de los trabajos, y Burkina no dispondría jamás de las instalaciones deportivas que la CAN le proporcionará". Este optimismo fue apoyado por el dinamismo económico real del país.

       En efecto, las autoridades de Burkina Faso se esforzaron a fondo desde el punto de vista material y personal. Se construyeron y modernizaron tres estadios; se organizó perfectamente la recepción, el alojamiento y el transporte de las escuadras finalistas, de las delegaciones, de los funcionarios oficiales, de los representantes de la prensa, de los miembros y de los invitados de honor de la CAF, así como de los delegados de la 23ª Asamblea General, y se preparó óptimamente la logística necesaria (comunicación y televisión) para la transmisión directa de los 32 partidos. Todos los observadores de la 21ª Copa Africana entre el 7 y el 28 de febrero estuvieron de acuerdo: la gentileza, la disponibilidad y la eficiencia fueron las llaves del éxito de los organizadores. Las imágenes televisivas de la competición eran de excelente calidad, los huéspedes se sintieron a gusto, la logística funcionó perfectamente... en resumen, ¡fue una de las mejores Copas Africanas desde 1976!

       Al éxito organizatorio se suma el éxito deportivo. La magnífica actuación de la selección local, "los sementales" (terminó en el cuarto puesto final, tras eliminar a Argelia, Guinea y Túnez), ayudó enormemente a movilizar la presencia y el entusiasmo de la población local durante el torneo y contribuyó a que el evento que se disputó en tres estadios (el estadio municipal, el estadio del 4 de agosto y el estadio Bobo Dioulasso), fuese un éxito popular, por más que la afluencia de espectadores no correspondiera a las expectativas de los organizadores.

Posando con el trofeo
Escena de la final: Masinga (Sudáfrica, izq.) inquieta a la defensa egipcia. Fotos: Christian Liewig/TempSport.
FOTOS : Christian Liewig/TempSport

Gran éxito para los "sementales"

       Tras un inicio mediocre contra los leones indomables de Camerún (0:1), los fogosos "sementales" tomaron todos los obstáculos hasta las semifinales, donde fueron frenados por la maestría táctica de los egipcios (0:2). En el partido por el tercer puesto contra los "simbas" del Congo, la escuadra de Burkina Faso estalló en una verdadera pirotecnia futbolística, subiendo cuatro goles contra uno en el marcador, antes de desmoronarse totalmente en los últimos cinco minutos del encuentro y perder toda la ventaja obtenida con ese esfuerzo sobrehumano exhibido en los primeros ochenta y más minutos (4 a 4, y derrota por 4 a 1 en los penales). ¡Pero qué partido, qué espectáculo - casi imposible de ver en otras partes!

       También los "simbas" de la República Democrática del Congo han exhibido una magnífica actuación en la 21ª Copa Africana. Un entrenador completamente desconocido -Watunda Ioyolo-, jugadores sin tarjeta de visita, una difícil preparación por falta de recursos y, pese a todo, una formación plena de espíritu de juego que quitó del paso primero a Togo (2:0), luego a la "estrella negra" de Ghana (1:0), a los "leones indomables" de Camerún (1:0) y debilitó a Sudáfrica (1:2), antes de lograr esa increíble hazaña frente a los sementales de Burkina Faso y arrancarles el tercer puesto de las manos. Este rendimiento insólito fue posible gracias a las cualidades físicas y técnicas de los jugadores y a la típica forma de jugar africana: espontaneidad, instinto ofensivo y libre de estrategias.

       El título fue adjudicado al equipo más completo, con la mejor organización táctica, la mayor tranquilidad y el que mejor se adaptó a las condiciones climáticas (calor sofocante y un viento oprimente). Mahmoud Al Gohari, el entrenador con el sobrenombre de "Al-teach al-saghir" (el pequeño profesor), es un verdadero maniático en el sector de la preparación y de la táctica. Formó una potentísima selección en torno a dos antiguos "mundialistas" -el defensor Hani Ramzy (Werder Bremen) y el centrodelantero Hossam Hassan (Al Ahli de El Cairo), y los "mercenarios" Yasser Radwan (Hansa Rostock) y Hazem Imam (Udinese), así como los jóvenes talentos Mohamed Amara, Ahmed Hassan, Sabry Abdelsatar, Nader El Sayed, Samir Kamouna y Mostafa Tarek. Todos futbolistas con gran habilidad técnica y discípulos aplicados y atentos de su maestro.

       Al Gohari erigió un verdadero baluarte defensivo con cuatro hombres: un barredor, un defensa de cierre y dos marcadores. Toda la escuadra participó en la recuperación del balón y el armado del juego se realizó más bien lateralmente que en profundidad. Las maniobras ofensivas fueron múltiples y se creó generalmente una superioridad numérica gracias a los inteligentes despliegues del dinámico y astuto Hossam Hassan, las acertadas subidas de los punteros Yasser Radwan y Mohamed Amara y las irrupciones de los volantes Ahmed Hassan y Sabry.

Copa africana 1998
La clasificación fina
  1. Egipto (ganador también en 1957, 1959 y 1986)
  2. Sudáfrica (campeón en 1996)
  3. República Democrática de Congo(ganador en 1968 y 1974)
  4. Burkina Faso

Los goleadores

    1. 1. Hossam Hassan (Egipto)y Benedict McCarthy (Sudáfrica)7 goles
    3. Tonduela Mbuilua (Congo) - 5 goles
    4. Joel Tiehi (Costa de Marfil) - 4 goles
    5. Alphonse Tchami (Camerún), Souleymane Oularé (Guinea) y Ouedraogo Alassane (Burkina Faso) 3 goles

La final
28 de febrero de 1998, Estadio 4 de Agosto, Uagadugu:
Egipto - Sudáfrica 2:0 (2:0)
árbitro: Said Belqola (Morocco)
Goles: Ahmed Hassan (5) y Mostafa Tarik (12)
Amonestaciones: Ahmed Hassan (55), Samir Kamouna (62) de Egito; Helman Mkhalele (28), Lucas Radebe (44) de Sudáfrica.

Egipto: Nader al Sayed; Yasser Radwan, Samir Kamouna, Medhat Abdelhadi, Mohamed Amara; Abdelzaher al Sakka, Hany Ramzy, Ahmed Hassan, Mostafa Tarek (78 Osama Nabih); Hazem Imam (55 Sabry Abdel Satar); Hossam Hasan.
Entrenador: Mahmoud al Gohari (Egipto)

Sudáfrica: Brian Baloyi; Andrew Rabuta, Mark Fish, William Jackson, Lucas Radebe; Brendan Augustine (49 Quinton Fortune), John Moeti, John Moshoeu, Helman Mkhalele; Benedict McCarthy, Philomen Masinga (80 Pollen Ndlanya).
Entrenador: Jomo Sono (South Africa)

Cuarto título para Egipto

       La maquinaria egipcia, bien lubricada, funcionó perfectamente al ritmo que le convenía. Ninguno de los adversarios estuvo en condición de sacudir el baluarte defensivo erigido por Al Gohari. Un solo gol concedido, diez anotados y una única derrota en seis partidos: el balance de Hossam Hasan (mejor goleador del torneo junto con el sudafricano McCarty) y sus compañeros fue netamente positivo, y este cuarto título continental del fútbol egipcio pudo borrar algo su poca gloriosa eliminación del Mundial 98.

       Este suceso condujo a un hecho totalmente paradójico en esta 21ª Copa: Egipto se coronó campeón entre los cuatro representantes africanos de la Copa Mundial. Como esperado, los finalistas del Mundial no lograron lucirse en Burkina Faso, ya sea por una mala preparación, ya sea por falta de motivación. No encontraron una respuesta al alto ritmo de juego desarrollado por sus adversarios y, con una única excepción, no consiguieron convencer en los cuartos de final. Los leones indomables de Camerún fueron domados por los "simbas" del Congo, los tunecinos no pudieron resistir a las furiosas cabalgadas arremetedoras de los -sementales y los marroquíes se doblegaron ante el "bafana bafana" de Sudáfrica.

       La selección sudafricana, dirigida por el legendario Jomo Sono, trató de defender valientemente su título conquistado en 1996. Pese a que la selección fuera rejuvenecida, continuó cultivando su juego pulido y ofensivo. El joven centrodelantero Benedict McCarthy, la perla negra de los suburbios (contratado actualmente por el Ajax Amsterdam), fue la figura rutilante del torneo con siete hermosos goles (cuatro de ellos contra Namibia) y con el título no oficial del mejor jugador del torneo. También destacaron el caprichoso portero Brian Baloyi y el sólido defensor lateral David Nyathi en una formación compacta que pagó en la final contra Egipto (0:2) las insuficiencias en su línea de contención.

Cuatro constantes

       ¿Se puede juzgar definitivamente a los cuatro mundialistas africanos (el quinto -Nigeria- está suspendido de la CAN hasta el año 2000) en base a su rendimiento en Burkina Faso? ¡Por cierto que no! La historia lo ha demostrado: las actuaciones de las selecciones africanas mejoran al menos un 40 por ciento hasta la fase final de la Copa Mundial. O sea que habrá que tener paciencia.

       Al final de este balance de la 21ª Copa Africana de Naciones, se pueden resaltar las siguientes constantes:

  • La magnífica actuación del novato Namibia, que ha granjeado la simpatía del público en Bobo-Dioulasso con su formidable despliegue ofensivo
  • La temprana eliminación del Africana lusitana (Angola y Mozambique) y de Zambia, pese a su extraordinario potencial técnico
  • El fracaso evidente de los entrenadores europeos: los alemanes Burkhard Ziese (Zambia) y Eberhard Vogel (Togo), el ucranio Vladimir Mountian (Guinea), el holandés Rinus Israel (Ghana), los portugueses Rui Neca (Angola) y Arnaldo Salvado (Mozambique) y los franceses Robert Nouzaret (Costa de Marfil), Henri Michel (Marruecos) y Henri Kasperczak (Túnez). Solamente Philippe Troussier triunfó, pues supo dar prueba de audacia y entusiasmo
  • En los 32 partidos se marcaron 93 goles, lo cual equivale a una media de 2,9 tantos por partido. Por si es necesario mencionarlo, es una prueba de que el fútbol africano se juega ante todo hacia adelante.
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