JACK WARNER, PRESIDENTE DE LA CONCACAF

LABOR INFATIGABLE EN PRO DEL FÚTBOL

Es casi increíble que hayan transcurrido ya seis años desde que Jack Warner fuera elegido presidente de la CONCACAF. En las semanas y meses siguiente a ese gran 28 de abril de 1990 en la ciudad de Guatemala, la confederación comenzó a progresar a grandes pasos inspirada por el hombre de Trinidad y Tobago..

POR SCOTT GLEBA

El tiempo voló literalmente. Se puede afirmar, sin duda alguna, que la mente progresista de Jack Warner ha elevado a la CONCACAF a niveles nunca antes alcanzados en esta región. Se crearon nuevas competiciones y otras fueron reestructuradas y mejoradas.

Warner es el catalizador y arquitecto de la avanzada madurez de la CONCACAF, un proceso al que Jack Warner se ha entregado totalmente.

"Es imperativo comprender dónde estábamos hace seis años a fin de poder apreciar nuestra posición actual", dice Warner, quien nació el 29 de enero de 1943 en Río Claro, un pequeño pueblo en el sur de Trinidad. "Hemos mejorado a pasos agigantados, pero nuestra obra está aún lejos de ser terminada".

Las palabras "obra" y "Warner" son, por cierto, sinónimo.

El antiguo Secretario General de la Asociación de Fútbol de Trinidad y Tobago, quien conserva una oficina en Puerto España, es un trabajador infatigable en su esfuerzo por transformar la CONCACAF en una organización mejor y más fuerte.

Aquellas personas que conocen a Jack Warner saben que su día comienza a las cinco de la madrugada y no finaliza hasta entrada la noche. "Sería un cliché decir que el trabajo en la confederación es una labor apasionante. La verdad es que reforzar esta gran organización me consume por completo", confiesa Warner.
Jack Warner charla con Oliver Camps, presidente de la Asociación de Trinidad & Tobago.
FOTO: CONCACAF

El desafío de asumir una estructura de 38 miembros, dividirla en tres regiones diversas, cada una con fuentes económicas completamente diferentes, ha sido y es una tarea muy exigente.

Mientras que los logros de México y EEUU han sido debidamente documentados en los últimos años, Warner debe encontrar métodos y formas para elevar a las asociaciones menos afortunadas al próximo nivel. "Nuestra finalidad es que todas nuestras asociaciones nacionales rindan al máximo. A menudo se utiliza la excusa de falta de recursos para explicar una administración mediocre. La realidad es que los patrocinadores no tienen mucho interés en invertir dinero en una organización que no dispone de la infraestructura adecuada. Por consiguiente, es menester instalar una infraestructura básica con oficinas y personal apropiados. Si podemos alcanzar esta meta en un breve período, entonces se habrá cumplido una gran parte de mis objetivos. Este punto es decisivo", agrega Jack Warner.

¿Cómo pueden competir las demás asociaciones nacionales con México y EEUU? "El error es creer EEUU y México posean una ventaja natural sobre los demás por el hecho de que sean asociaciones ricas. No se trata de que sean ricas en el sentido propio de la palabra, sino que estas dos asociaciones han sabido sacar el mayor provecho de sus recursos. Se alega frecuentemente que los países que no han participado nunca en una Copa Mundial o una competición final de la FIFA no deberían tratar de competir con México o EEUU. Estoy completamente en desacuerdo: deberían copiarlos, utilizarlos como ejemplo".

Warner hace alusión a la Federación de Fútbol de Jamaica (JFF) como fuente de gran orgullo de la CONCACAF. Después de todo, la JFF obtuvo el premio del "Equipo de Mayor Exito en 1995", gracias a una sólida dirección tanto en el sector administrativo como de entrenamiento. "Si echamos una mirada a la JFF, no veremos ricos por ningún lado. Lo que existe es una entrega total para convertirse en lo mejor dentro de sus propias limitaciones. No esperaron que el éxito viniese solo, sino que fueron vigorosamente en busca de él. Si uno concibe un programa y se atiene a él, entonces los beneficios comenzarán a mostrarse".

Warner contrata a un Director Técnico

Cuando una asociación como la JFF tiene éxito, Warner se siente satisfecho. Su mayor deseo es que todos los miembros de la CONCACAF alcancen mejoras sustanciales en todos los sectores futbolísticos. Por esta razón viaja continuamente por todos los países de la confederación, está constantemente disponible y es siempre todo oído para las preocupaciones de sus asociaciones. "Cuando visité Nicaragua, por ejemplo, les expliqué que estaba allí para trabajar con ellos. Me empeño mucho para que todas nuestras asociaciones se den cuenta de que la CONCACAF es una organización para sus beneficios. Quiero que tengan éxito y que estén contentos con sus esfuerzos".

Para estos fines, Warner ha lanzado algunos programas con el fin de ayudar a incrementar el nivel futbolístico de la confederación. En 1995, contrató al brasileño Marcos Falopa como director técnico de la CONCACAF. Una de las labores de Falopa consiste en identificar aquellas zonas en las cuales las asociaciones nacionales requieran un asesoramiento especial en el sector del entrenamiento. "No todas las asociaciones pueden darse el lujo de mantener un entrenador nacional a plena jornada. Es aquí donde Marcos Falopa puede ser muy útil. Su experiencia e inteligencia técnica pueden ser aplicadas a cualquier situación. Está en condición de enseñar a los entrenadores a fin de que éstos puedan transmitir sus nuevos conocimientos a sus jugadores. Tenemos la esperanza de que esto conduzca a que la CONCACAF disponga de un mayor número de jugadores talentosos que puedan actuar en cualquier parte del mundo".

De la misma manera, Warner preside el desarrollo del Centro de Excelencia de la CONCACAF, el proyecto más ambicioso en los 35 años de existencia de la confederación. El Centro de Excelencia será un complejo ubicado en Trinidad y Tobago abierto a todos los miembros de la CONCACAF para fines de entrenamiento.

Incluirá campos de entrenamiento de nivel mundial, salas de enseñanza y lugares de alojamiento para aquellos que se quieran beneficiar de esta magnífica oportunidad. "Estoy extremadamente orgulloso del Centro de Excelencia. Este complejo competirá con cualquier otro complejo del género en el mundo y ha sido creado especialmente para ser utilizado por nuestros miembros", dice Warner.

The drive to succeed

Por más que parezca que Jack Warner esté muy ocupado, tiene todavía tiempo para ser presidente tanto de la "Caribbean Football Union" como de la "Eastern Football Association of Trinidad & Tobago". Si combinamos estas funciones con sus obligaciones en el Comité Ejecutivo de la FIFA, entonces es un milagro que le sobre tiempo para cualquier otra cosa.
Jack Warner con su esposa Maureen.

Pese a todo, Jack Warner, de 53 años de edad, se dedica mucho a su familia - su mujer Maureen, antigua profesora de matemáticas, y sus hijos Daryan (28) y Daryll (21)- y juega al fútbol los domingos, siempre que sus viajes lo permiten. Para rematar, Warner es igualmente árbitro oficial y de vez en cuando se le ve arbitrando partidos en diferentes clubes por todo Trinidad.

Una energía sin fin motiva a Warner -un rasgo que ha marcado su vida en el fútbol.

Como joven jugador, Warner observaba exactamente la forma en que estaba organizado el fútbol y pensaba en los métodos para mejorarlo. A menudo su equipo jugaba en canchas sin demarcaciones o sin árbitro, lo cual lo dejaba muy preocupado ya en ese entonces. Cuando expresó estas preocupaciones a Wilmot Mottley, Secretario General de la "Central Football Association (CFA) " local, éste le contestó que si podía hacer un trabajo mejor, entonces debería asumir él la organización.

Warner le tomó la palabra y se convirtió en Secretario General de la CFA a la joven edad de 24 años. Desde entonces, desempeñó todas las funciones administrativas imaginables en la asociación de fútbol local, obteniendo una valiosa experiencia.

Copa de Oro gracias a Jack Warner

Antes de dedicarse a la CONCACAF, Jack Warner era Secretario General de la Asociación de Fútbol de Trinidad y Tobago durante el período de mayor prosperidad de esta federación. En 1989, la selección nacional de Trinidad y Tobago estuvo a punto de clasificarse para Italia 1990. El sueño de la nación fue hecho pedazos cuando el norteamericano Paul Caligiuri marcó un gol imposible que significaba la eliminación de los trinideños.

La derrota de Trinidad y Tobago fue posiblemente el triunfo de la CONCACAF, ya que después de este acontecimiento, Jack Warner decidió presentar su candidatura a la presidencia de la confederación.

Tras su elección, el antiguo profesor de historia cumplió su promesa de introducir un nuevo campeonato de naciones -la Copa de Oro de la CONCACAF. Esta copa se ha convertido en la competición más prestigiosa de la confederación que se disputa cada dos años ante una multitud de espectadores. "Nuestras selecciones nacionales necesitaban competir regularmente entre ellas. Antiguamente, se enfrentaban solamente en las eliminatorias de la Copa Mundial, lo cual era totalmente insuficiente para una mejora y evaluación continuas. Es por ello que me sentí obligado a crear un torneo que pudiese ofrecer las mismas oportunidades que una Copa América o un Campeonato Europeo", explica Warner.

Huelga decir que la Copa de Oro excedió todas las expectativas, con una concurrencia increíble de aficionados a los torneos finales. "Me causó una alegría sin igual ver cómo la Copa de Oro se convirtió en un evento que atrae a cientos de miles de espectadores a los estadios. No hay que olvidar que antes de 1991 no existía aún una Copa de Oro. En cinco breves años se convirtió en uno de los torneos más concurridos de todo el mundo. Créame, seguiremos progresando".

Meeting the challenges

En 1994, en el 19º Congreso de la CONCACAF en Nueva York, Warner fue reelegido por unanimidad como presidente para un segundo mandato de cuatro años. Era obvio que los miembros estuvieran satisfechos con los cambios que había implantado y deseaban que continuara por el mismo sendero. "Servir a las asociaciones afiliadas a la CONCACAF es, para mí, una vocación", dice Warner lleno de confianza. "Esta posición es una de las alegrías de mi vida y las relaciones que se desarrollaron a través de la misma son inestimables. Mediante la positiva interacción con la FIFA y todas las demás confederaciones, espero poder mantener a la CONCACAF a la vanguardia durante varios años más".

Warner es consciente de que queda mucho por hacer en beneficio de la CONCACAF y del fútbol en general. Indudablemente, está a la altura de sus tareas y está siempre dispuesto a enfrentar cada asunto con un entusiasmo inigualable.

"A medida que crecemos y nos dedicamos aún más a mejorar la CONCACAF, los éxitos suscitan crecientes expectativas en los demás. Nuestra meta es satisfacer y exceder dichas expectativas. Sin duda alguna, lo lograremos".

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