LA MECA DEL MUNDO FUTBOLÍSTICO ESTÁ EN LONDRES

WEMBLEY - EL ESTADIO DE LAS
NUMEROSAS LEYENDAS

Pregunte a cualquier aficionado cuál es la "Meca" del fútbol mundial y las posibilidades son enormes de que conteste "el Wembley". El legendario Pelé, acostumbrado a los esplendores del Maracaná de Río y a los supercoliseos de EEUU, admitió que sentía mucho no haber jugado nunca en el Wembley.

TEATROS DE ENSUEÑO

Cada estadio tiene su propia historia, su propio ambiente muy especial. En nuestra serie sobre los estadios más prestigiosos del mundo pasamos ahora a al estadio Wembley de Londres.
Hasta la fecha se han publicado:
Febrero 96: Estadio Azteca en Ciudad de México
Abril 96: Sydney Football Ground en Australia


POR SIMON INGLIS

Las figuras estelares que han honrado regularmente el famoso césped -como Bobby Charlton y Franz Beckenbauer- señalan que no existe ningún otro lugar que haga erizar los cabellos de tal manera o que produzca una tal sensación de hormigueo en la espalda como el Wembley.

Los hinchas de fútbol de todo el mundo comparten este punto de vista, por más que sepan que el Wembley no corresponde al ideal de un estadio moderno. Sus alrededores urbanos son desolados e indecorosos, su arquitectura es más bien sobria que espectacular y ostenta los desperfectos de un edificio de 73 años de edad. En las tribunas, los pilares que sostienen el techo obstruyen la vista del terreno de juego y la visión de las gradas inferiores no corresponde en absoluto a las exigencias mínimas de normalización. Pese a las inversiones de aprox. 40 millones de libras esterlinas para trabajos de renovación en los pasados diez años, se han podido solucionar sólo algunos pocos problemas. Como resultado, los hinchas de fútbol sienten una especie de amor-odio por el Wembley. Desean exasperadamente que sea modernizado, pero no aceptarían nunca que sea derrumbado debido al ambiente único que reina en sus muros. Es un dilema típicamente inglés y no es un simple asunto de apreciación. Como estadio, el Wembley es, simplemente, diferente.

El estadio tiene cabida para poco menos de 80,000 espectadores y da una sensación de solidez en su interior. A veces se tiene la impresión de estar sentado en un gigantesco invernadero debido a que el anillo interior de su techo esté cubierto con paneles traslúcidos.

Tiene además rasgos únicos en el fútbol internacional. Mientras que la mayoría de los terrenos de juego tiene normalmente una pista de atletismo de color naranja luminoso que los circunda, el césped del Wembley está rodeado de una pista de arena utilizada para carreras de galgos.

Otro famoso rasgo del Wembley es el Palco Real, ante el cual los equipos son presentados a los ilustres visitantes después del partido, pero ante la mirada de todo el público. Esto es mucho más civilizado -y teatral- que las presentaciones en los estadios modernos a nivel del terreno de juego, a veces detrás de una mesa improvisada. Este escenario está dominado por los símbolos familiares del Wembley: dos altas torres blancas -como gigantescos pimenteros- encuadran la entrada principal del estadio y se ven de todas partes en el noroeste de Londres. El estilo imperial de las torres refleja la función original de las mismas como pieza central de la Exhibición Imperial de 1924, las únicas sobrevivientes entre los edificios circundantes. Parece increíble, pero tras la clausura de la Exhibición en octubre de 1925, se consideró la posibilidad de demoler el estadio.

SIMON INGLIS es periodista independiente y autor de varios libros de fútbol, principalmente sobre estadios.

Sin embargo, su popularidad futbolística lo había convertido en leyenda ya en esa época. El primer partido, una final de copa entre el West Ham y el Bolton en abril de 1923, atrajo una muchedumbre de 200,000 espectadores curiosos (la mayoría sin entradas) y el partido pudo ser iniciado solamente después de que un policía montado en un caballo blanco hiciera retroceder a las masas hasta detrás de las líneas de banda. Esta escena con el caballo blanco es solamente una de las tantas leyendas sobre el Wembley.

En 1953, Stanley Matthews -en ese entonces tenía ya 38 años de edad y jugaba en el Blackpool- concibió la táctica para remontar una desventaja de 3 goles en los últimos minutos de una final de copa épica contra el Bolton. Más recientemente, se celebraron numerosos conciertos épicos de rock, televisados en todo el mundo, para actos de beneficencia y en señal de solidaridad con Nelson Mandela. En 1948, el Wembley albergó los llamados "Juegos Olímpicos de la austeridad", cuando la pista para carreras de galgos cedió su lugar a los atletas.

Desde 1923, el Wembley puso en escena prácticamente todos los acontecimientos de mayor envergadura que figuraban en el calendario deportivo. La selección inglesa disputa casi todos sus partidos internacionales "A" en este estadio desde 1951. Además del Torneo Olímpico de Fútbol, la Copa Mundial y la final de la Copa de la Asociación Inglesa de cada año -indudablemente el partido de competición de clubes más popular del mundo-, el Wembley albergó igualmente docenas de partidos internacionales de rugby, hockey y carreras.

Un futuro inseguro

Un sinnúmero de los millones de espectadores que seguirán EURO 96 desde todas partes del mundo sentirán -como lo dijera la Asociación Inglesa- que el fútbol está "retornando a casa", al país donde todo comenzó hace más de 130 años. Sin embargo, EURO 96 podría señalar igualmente el fin del estadio Wembley tal cual lo hemos conocido en todos estos años. Después de 73 años de servicio, el Wembley encara el partido más importante en su historia.

Al contrario de la gran mayoría de los estadios más importantes del mundo, el Wembley fue siempre propiedad de una compañía privada, con muy poco apoyo estatal para ayudar a mantenerlo al día. Sin embargo, en 1995, con el advenimiento de la nueva Lotería Nacional inglesa, se ofreció la posibilidad de reconstruir el viejo estadio desde sus fundamentos. Quedarían solamente las dos torres, ya que están protegidas como monumento nacional. Sin embargo, el Wembley no es el único candidato a recibir los beneficios de la Lotería Nacional. Tal cual lo exige la ley, se ha invitado a otras ciudades y sedes para presentar sus proyectos de un nuevo estadio nacional. Por consiguiente, se recibieron cuatro ofertas más de Bradford, Sheffield, Birmingham y Manchester.

Las tres primeras ciudades fueron eliminadas tras una primera evaluación, quedando Manchester y Wembley para disputar un "desempate" por el derecho a más de 100 millones de libras esterlinas provenientes de la Lotería.

Manchester desea construir su propio estadio nacional con 80,000 asientos, apto también para los Juegos del Commonwealth 2002. El Wembley alega que su tradición y su ubicación en la capital hacen que sea la opción preferente. Lamentablemente, debido a que la tradición en Inglaterra se opone al concepto de tener un club local en el estadio nacional (como es usanza en casi todos los otros países), no existen suficientes eventos para justificar la existencia de dos grandes estadios nacionales. De tal suerte, uno de los dos candidatos deberá perder.

Ante esta posibilidad, muchas personas dirán horrorizadas: "¿Cómo se puede concebir un estadio nacional diferente al Wembley?".

La decisión final al respecto -Manchester o Wembley- se tomará en julio y en el momento de imprimir este artículo, el resultado era aún totalmente inseguro. La gran arena ilustre del fútbol mundial no estuvo confrontada nunca antes con un desafío tan exigente.

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