Un viaje al Alto Saona nos lleva a seguir las huellas de Jules Rimet y Lucien Laurent, el primer goleador del Campeonato Mundial, un camino donde el pasado se encuentra con el presente.
ara la gran decepción de los aficionados del fútbol franceses, en el Este del país, en las regiones de Alsacia y Lorena (tierra natal de Michel Platini), no se disputarán partidos de la Copa Mundial. Por qué -pensarán todos- se hace entonces mención de esta pequeña región poblada de bosques cerca de la frontera Suiza? Simplemente porque se enorgullece de haber engendrado a dos personalidades que han marcado, a su manera y en su época, la historia de la Copa Mundial: Jules Rimet, el tercer Presidente de la FIFA (1921-1954) e iniciador de la famosa Copa Mundial de la FIFA Lucien Laurant, el primer goleador (13 de julio de 1930) del primer Campeonato Mundial disputado en Uruguay. Humanista, diplomático y gran estratega, Jules Rimet nació el 24 de octubre de 1873 en Theuley-les-Lavoncourt, un pequeño y hermoso pueblo en el departamento rural del Alto Saona, a la sombra del macizo de Vosgos que el presidente Jacques Georges (miembro honorario de la FIFA y presidente honorario de la UEFA) tanto ama. La comunidad de Theuley-les-Lavoncourt y su alcalde Charles Lacher han perpetuado justificadamente el recuerdo de su ilustre personalidad colocando una estela en la plaza central que marca eternamente la actividad constructiva de este gran hombre. Lucien Laurant, hombre robusto de 90 años de edad, es uno de los últimos testigos de una época que representa un momento estelar en la historia del fútbol. ¿La prueba? Este tranquilo señor de edad, que en 1930 era un pionero (casi) anónimo, se ha convertido en la actualidad en el centro de atención de la prensa escrita y las televisiones extranjeras desde que su país fue elegido para organizar el máximo evento de la FIFA. Gracias a su espíritu siempre vivo y lúcido, su testimonio tiene valor histórico: ¿El viaje a Sudamérica? "Estuvimos a bordo del transatlántico "CONTE VERDE" durante quince días. Embarcamos en Villefranche-sur-Mer juntos con las selecciones de Bélgica y Yugoslavia. Bajo la cubierta nos dedicábamos a realizar ejercicios de condición física y nos entrenábamos en la cubierta misma. El entrenador no hablaba de táctica en ese entonces..." ¿Su famoso gol? "Jugábamos contra México. Caía una especie de lluvia nevosa, pues en el hemisferio sur era invierno. Un compañero jugó un centro al medio y, como seguí la acción, colecté la pelota de volea y la introduje en las redes. Estábamos todos contentos, pero nadie dio saltos de alegría y nadie hubiera pensado que ese gol pasaría a la posterioridad. Nos felicitamos brevemente y reanudamos el partido. Nadie habló de primas, ya que en ese entonces éramos aficionados de pura cepa". ¿Su opinión con respecto al juego moderno? "Ha progresado enormemente en el sector físico, técnico y táctico. Sin embargo, hoy día existen demasiadas acciones negativas y demasiado juego antideportivo. En nuestra época, nos cargábamos correctamente y nada más; no existían las zancadillas. Y, ante todo, respetábamos a los adversarios y a los árbitros. En el fútbol moderno no existen ya los punteros: se dice que los defensores laterales asumen dicha función, ¡pero nunca podrán reemplazar a un buen puntero!" Regresar a la Tabla de Contenido [TOC] Copyright © 1994-98 FIFA. All rights reserved. Copyright © 1998 En-Linea, Inc. All rights reserved. |