mmediatamente después de la clasificación para la Copa Mundial, el entrenador jefe tiene que poner en marcha su programa con la clara finalidad de crear, directa o indirectamente, óptimas condiciones para que sus 22 jugadores rindan al máximo. Solamente si toda la familia futbolística desarrolla el mismo espíritu de equipo y si la administración directiva y los técnicos colaboran con armonía, se podrá crear una convivencia productiva en el círculo de sus jugadores. ¿Fácil? No que yo sepa... En este proceso existen ciertos obstáculos que exigen una máxima atención:
Cuando se llega al momento de elegir el plantel titular, se podría pensar que todo está claro, pero en el núcleo pueden haber dudas: por ejemplo, un jugador clave podría estar lesionado o estar en vías de recuperación y sin práctica de juego. En un caso así, es muy difícil decidir entre un jugador clave que rinde del 60 al 75% y un todoterreno infatigable, 100% sano; dependerá mucho de la voluntad y mentalidad ganadora que demuestran estos jugadores. Existen cada vez más entrenadores que no eligen a sus figuras estelares, particularmente porque dudan si aceptarán las ideas tácticas y si estarán dispuestos a ser uno más entre los 22. Ser una figura estelar es magnífico, pero considerarse una figura estelar puede resultar contraproducente. Asimismo, los entrenadores de la actualidad disponen sólo de pocas semanas para alcanzar la armonía táctica colectiva entre los astros de diferentes clubes, y la simulación táctica de un partido podrá realizarse en los entrenamientos solamente si todos los jugadores, sin excepción, están completamente concentrados. El nombramiento de los últimos dos o tres jugadores del plantel de 22 futbolistas es, generalmente, una labor muy desagradable. No se tratará solamente de las cualidades que puedan tener como futbolistas, sino, ante todo, de su disposición mental para asumir un importante papel de apoyo. El ambiente de convivencia y trabajo en la escuadra es vital. Se requerirá un ambiente agradable y positivo en una sociedad totalmente masculina durante cinco semanas para encarar la enorme tensión y presión. Es importante alternar el máximo rendimiento con momentos de relajación y fijar asimismo una serie de reglas comunes para garantizar la unidad y la disciplina en el grupo. Los jugadores claves deberán saber dirigir y representar el grupo, y todos los jugadores deberán participar activamente en las reuniones oficiales con los medios de comunicación. El último -pero no menos importante- obstáculo es sacar el máximo rendimiento del equipo. Es un arte conformar el equipo titular inicial, encontrar el equilibrio entre jugadores creativos y aquéllos con poder destructivo, así como entre la defensa, la media cancha y el ataque - sin olvidar las cualidades del rival y la presión especial de cada partido. También los suplentes deberán conocer sus funciones a fin de contribuir a la armonía en el grupo. Un grupo de jugadores tácticamente maduros deberá trabajar en actividades de formación del equipo. Durante el torneo, el entrenador deberá estar siempre alerta y saber manejar el estado físico y mental de cada jugador en estrecha colaboración con su personal. A medida que transcurre el torneo, las sesiones de entrenamiento serán cada vez más recreativas. Además, un entrenador de categoría necesita asimismo "una mano mágica" para las sustituciones tácticas durante el partido. Regresar a la Tabla de Contenido [TOC] Copyright © 1994-98 FIFA. All rights reserved. Copyright © 1998 En-Linea, Inc. All rights reserved. |