El 2 de julio de 1994 entra como un día trágico en la historia del fútbol mundial. La noticia que da la vuelta al mundo, proveniente de Medellín, es inconcebible: Andrés Escobar, defensor de la selección nacional de Colombia y desafortunado autor de un autogol en el partido contra EEUU, es asesinado después de la eliminación prematura de su escuadra.

El gol de honor de Camerún en la aplastante derrota por 6 a 1 contra Rusia en 1994 fue marcado por Roger Milla (42 años), el legendario ariete que se aseguró de esta manera un lugar en los anales de la historia como el goleador más viejo de todos los Mundiales de la FIFA. El honor del goleador más joven de todos los tiempos corresponde al gran Pelé, quien tenía apenas 17 años y 239 días de edad cuando marcó el gol de la victoria contra Gales en el Mundial de 1958 en Suecia.

En una hora a la inmortalidad: el ruso Oleg Salenko no pertenecía aún al círculo de jugadores seleccionados por su entrenador nacional a comienzos de 1994 y luego fue solamente suplente en los partidos iniciales de la Copa Mundial. En su séptimo partido internacional, un encuentro ya sin importancia contra los "leones indomables" de Camerún, Salenko anotó nada menos que cinco goles en menos de 60 minutos. Con este resultado logró escribir historia, pero luego desapareció del escenario internacional y tuvo que abandonar su carrera por motivos de salud.

Veni, vidi, vinci: Salvatore "Totó" Schillaci encantó a Italia durante 3 semanas. El oriundo de Palermo, que jugaba en el Juventus Turín, había participado recién en un único partido internacional antes del Mundial. En el encuentro inaugural contra Austria, marca el uno a cero de la victoria después de cuatro minutos de entrar en el juego. Contra EEUU vuelve a ocupar el banco de reservas, pero en los partidos siguientes tiene la oportunidad de participar - y marca siempre un gol. Gracias a Schillaci, Italia se clasifica para las semifinales, donde pierde contra Argentina en la definición por tiros penales. En el partido por el tercer puesto, "Totó" consigue anotar también contra Inglaterra, e Italia obtiene el tercer puesto final. No obstante, la fama es efímera: el goleador Schillaci resultó ser una estrella fugaz y desaparece para siempre de la "squadra azzura".

Cuatro años después de la primera serie de lanzamientos de tiros penales para definir una contienda en un Mundial -Francia perdió en ese entonces en las semifinales de Sevilla en 1982 contra Alemania- , el destino quiso que los mismos dos equipos tuviesen que decidir sus respectivos encuentros nuevamente por tiros penales: los franceses ganan el 21 de junio contra Brasil en los cuartos de final, pese a un penal errado por Platini, pero también Sócrates y Julio César fallan. El mismo día, Alemania derrota a México tras un encuentro a cero y roba las esperanzas que el dueño de casa tenía en la conquista del título.

El 16 de junio, el "Molinón" de Gijón vive una de las mayores sorpresas de todos los tiempos: la novata y desconocida escuadra de Argelia pasa al frente uno a cero contra Alemania, y pese a que ésta iguala el tanteador, los africanos no pierden la moral, y Belloumi marca el 2 a 1 de la victoria.

También en Copas Mundiales se suele hablar del conflicto entre generaciones. Las diferencias de edad son a veces verdaderamente notables. El ariete irlandés Norman Whiteside debutó a la edad de 17 años y 42 días contra Yugoslavia en 1982 y es, hasta la fecha, el participante más joven en una Copa Mundial. El legendario atacante camerunés Roger Milla tenía exactamente 25 años más (42 años y 39 días) cuando jugó contra Rusia en 1994.

Las derrotas realmente apabullantes suelen considerarse como reliquias de antiguas épocas. No obstante, la victoria récord en una Copa Mundial data apenas de 1982, cuando los húngaros batieron a El Salvador por 10 a 1, después que los "hunos" encabezaran ya la lista de plusmarcas con el 9 a 0 contra Corea del Sur en 1954, a la par del 9 a 0 de Yugoslavia contra Zaire en 1974.

Si Rob Rensenbrink hubiera dado en el blanco en vez de estrellar el balón contra el poste en el último minuto de la final, todo hubiera sido diferente: su nación y el resto del mundo hubieran festejado al delantero holandés como máximo goleador, campeón mundial y héroe del torneo.

Sin embargo, la realidad fue otra: los argentinos transformaron el empate a uno en un 3 a 1 en la prolongación, volviendo a finalizar el gran equipo holandés de los años setenta en el segundo puesto final, al igual que cuatro años antes en Alemania. Rob Rensenbrink, se convirtió, de esta manera, en un héroe trágico en 1978. El 1000º gol que había anotado dos semanas antes contra los escoceses fue solamente un pequeño consuelo.

El autor del 2000º gol de un Mundial será festejado en cuatro años o incluso recién en el 2006, ya que el total actual de goles marcados en los 516 partidos de todos los Mundiales asciende a 1584 anotaciones. Los goles conmemorativos fueron marcados por Collins (Escocia, 500º, 1958), Rensenbrink (Holanda, 1000º, 1978) y Caniggia (Argentina, 1500º, 1994).

El 1 a 0 de la RDA contra su enemigo político en su propio país no tuvo consecuencias deportivas, ya que ambos rivales estaban clasificados para la próxima ronda antes de su choque, pero el gol desequilibró totalmente al mundo futbolístico de Alemania Federal: el capitán Franz Beckenbauer convoca una sesión nocturna de crisis con sus compañeros y -caso insólito en estas latitudes- se dirige por televisión a toda la nación para dar explicaciones. La medida terapéutica da frutos: 20 años después del "milagro de Berna", Alemania se proclama campeón mundial por segunda vez.

¿Podrá Escocia romper el hechizo en su octava participación en una Copa Mundial? Los escoceses nunca lograron clasificarse para la segunda vuelta y en 1974 tuvieron que volver a casa incluso después de una victoria y dos empates como ¡único equipo invicto del Mundial!

La Copa Jules Rimet, nombrada así en honor al fundador del Campeonato Mundial de la FIFA, pasa definitivamente a la posesión de la Federación Brasileña de Fútbol después de su tercera consagración en México en doce años. No obstante, la vida ajetreada de la "diosa de oro" no termina aquí: la estatua es robada en Brasil y desaparece para siempre, al contrario de su robo en 1966 en Inglaterra, donde fue encontrada de nuevo. La CBF recibe una réplica para su colección de trofeos.

En 1970 se introduce en México la utilización de las tarjetas roja y amarilla. El primer jugador expulsado con una tarjeta roja fue el chileno Carlos Caszely, cuatro años más tarde en el Mundial de 1974, y 34 años después de la primerísima expulsión en un Campeonato del Mundo (la del peruano Galindo). En el entretiempo, ya media docena de jugadores fueron sancionados con la tarjeta amarilla en los primeros cinco minutos de un partido. La expulsión del uruguayo José Batista el 13 de junio de 1986 en el minuto uno del encuentro es un récord absoluto hasta la fecha. La carrera del árbitro Joël Quiniou es ejemplar: es momentáneamente el último de quince árbitros que dirigieron tres competiciones finales (1986-1994).

Ningún otro acontecimiento de la historia del fútbol inquietó a más hinchas y oficiales incluso hasta nuestros días como el famoso "gol de Wembley", el 3 a 2 decisivo del inglés Geoff Hurst en la prolongación contra Alemania. No pasa un año en que no se quiera demostrar con nuevos estudios realizados con la tecnología más sofisticada que la pelota se encontraba detrás de la línea... o delante de la misma. Todos los aficionados del fútbol conocen aún hoy el nombre del árbitro suizo Gottfried Dienst, quien validó el tanto tras consultar con su juez de línea ruso.

Desde el punto de vista histórico, resulta incomprensible la falta de crédito que se les da a los novatos del Mundial 98 Japón y Jamaica, así como a Croacia y Sudáfrica con un palmarés algo más ostentoso. La historia del Mundial está llena de sorpresas de debutantes contra potencias establecidas: Corea del Norte (1966, Italia), Túnez (1978, México), Argelia (1982, RFA), Dinamarca (1986 ¡Uruguay, Escocia y RFA!), Costa Rica (1990, Escocia y Suecia), Arabia Saudita (1994, Bélgica), así como Nigeria (1994, ganador del grupo delante de Argentina y Bulgaria) demuestran que los debutantes no siempre pagan el pato.

Arica, 3 de junio: los soviéticos van ganando 4 a 1 contra los colombianos y están seguros de su victoria. Y luego sucede lo insólito: los sudamericanos empatan el cotejo en el lapso de sólo nueve minutos y Lew Yashin, la "araña negra", en la meta soviética, sufre la hora más negra de su carrera. No obstante, dicha experiencia es la excepción que confirma la regla: Lew Yashin entra en los anales de la historia como el mejor portero de todos los Mundiales. El premio al mejor guardameta, otorgado por la FIFA en 1994, lleva su nombre en reconocimiento a su extraordinaria carrera.

Entre los autores de los goles más rápidos de la historia de la Copa Mundial figuran también algunos nombres ilustres: en 1982, el inglés Bryan Robson necesitó solamente 27 segundos para sorprender al portero francés Ettori. Cuatro años antes, Bernard Lacombe había batido a Dino Zoff tras 37 segundos. El récord absoluto en una competición final de la Copa Mundial fue establecido por el checo Vaclav Masek en 1962, cuando introdujo el esférico en la meta del legendario portero mexicano Carbajal tras apenas 15 segundos de juego (pese al tanto madrugador, la selección mexicana ganó el enfrentamiento por 3 a 1). Apenas afiliada a la FIFA, la Asociación de Fútbol de San Marino -y en particular Davide Gualtieri de 22 años de edad- causó enorme sensación al marcar el uno a cero después de sólo 9 segundos contra la selección de Inglaterra en su último partido de las eliminatorias en noviembre de 1993.

Gracias a la televisión, que había transmitido por primera vez partidos del Campeonato Mundial en 1954, el mundo entero vivió el comienzo de una nueva era. Ocho años después de la ignominia de Río, Brasil presenta una escuadra imbatible con Didí, Vavá, Garricha y el joven Pelé de 17 años y gana el primero de sus cuatro títulos mundiales. En la "seleçao" actúa un cierto Mario Zagallo, quien en 1962 volvió a formar parte del plantel victorioso como jugador y, en 1970, como entrenador durante la obtención definitiva de la Copa Jules Rimet.

Es casi improbable que la lista de los máximos goleadores de la historia del fútbol sea alterada en las primeras posiciones en 1998. Los líderes indiscutidos siguen siendo Gert Müller con 14 goles (en 1970 y 1974) y el francés Just Fontaine con 13 goles anotados todos en el Mundial en su país. Pelé marcó en sus cuatro competiciones (1958-70) mínimo un gol por partido, sumando una docena.

En este año, Uruguay participa recién por tercera vez en un Mundial tras sus victorias en 1930 y 1950. La Asociación Uruguaya tiene la posibilidad de llevarse definitivamente la Copa en su primera actuación en el Viejo Continente. Sin embargo, en la semifinal contra Hungría, todo el mundo cree presenciar ya el choque del antiguo contra el nuevo campeón. La escuadra húngara, que habían ganado el Torneo Olímpico de Fútbol de 1952 y derrotado por 6 a 3 a Inglaterra en 1953 en el Wembley, elimina a la selección celeste en el tiempo suplementario. El resto ya es historia: Alemania gana sorprendentemente el Campeonato. El 26 de junio de 1954 en Lausana se marca el mayor número de goles en un partido mundialista: en el turbulento encuentro de "insolación" de los cuartos de final, Austria supera 7 a 5 a los dueños de casa, después de que los suizos se adelantaran 3 a 0 en el marcador, sucumbiendo a la postre debido al calor sofocante.

El 16 de julio el Maracaná en Río de Janeiro registró el imbatido número récord de 185,000 espectadores -según datos no oficiales, la cifra fue incluso de algo más de 200,000 espectadores. Estando el marcador en uno a uno, el uruguayo Ghiggia marca el 2 a 1 decisivo a once minutos del término del encuentro para el espanto de casi todos. Aparte de 1958, fue la únca vez que el dueño de casa no ganara la final una vez clasificado para la misma.

El portero mexicano Antonio Carbajal es, hasta la fecha, poseedor del récord absoluto de participación en Campeonatos Mundiales: tomó parte cinco veces entre 1950 y 1966. Participaron cuatro veces, entre otros, Diego Maradona y Lothar Matthäus. Ellos dos, así como el polaco Wladimir Zmuda y el alemán Uwe Seeler actuaron en 21 partidos mundialistas. Un total que en 1998 podría ser alcanzado a lo sumo por Scifo (BEL, 15) y Paolo Maldini (ITA, 14). En caso de que Matthäus sea reactivado, pasaría a ser el líder absoluto de esta clasificación.

El partido duraba ya una hora en el de "Vélodrome" de Marsella ese 16 de junio entre Italia y Brasil. Italia iba ganando por 1 a 0 y recibe un penal en su favor. El hombre para estos casos es Giuseppe Meazza. Sin embargo, se siente algo molesto por el hecho de que se había roto la goma de su pantalón, el cual colgaba suelto de la cintura, amenazando caerse. No obstante, Meazza conserva los nervios, ase el pantalón con la mano izquierda y coloca la pelota con la derecha en el punto reglamentario. El remate deja sin poder de reacción al portero brasileño, Italia gana el partido y pasa de este modo a la final en la cual obtendrá el título.

La final entre el dueño de casa Italia y Checoslovaquia es asimismo el duelo entre los mejores dos porteros del mundo: Gianpiero Combi y Frantisek Planicka tienen que darse por vencidos una vez cada uno en el tiempo reglamentario. Italia gana luego por 2 a 1 en la prórroga. El campeón mundial Combi cumple su promesa hecha la noche antes de la final y se retira inmediata y definitivamente del fútbol.

El primer Campeonato Mundial no tiene aún eliminatorias; la participación es por invitación. Lamentablemente, de Europa llueven negativas a granel debido a la recesión económica y a la larga travesía marítima a Uruguay. En Rumania, el Rey Carol ordena la liberación de los jugadores de sus respectivos trabajos tres meses antes del Mundial, con la orden de volver a emplearlos luego. El monarca entusiasta desempeña asimismo la función de entrenador nacional, pero una vez en Uruguay, sus subordinados tienen que emprender prematuramente el viaje de retorno tras una clara derrota contra el futuro campeón mundial.

Uno de los puntos más polémicos en las estadísticas de los Mundiales es el del primer jugador que ha marcado una tripleta. La FIFA y numerosos históricos consideran al norteamericano Patenaude (17 de junio de 1930 contra Paraguay) como el primer autor de tres tantos en un partido, mientras que otras fuentes citan al argentino Stabile, quien marcó tres goles contra México dos días más tarde.

El Mundial de 1930 se disputa en una sola ciudad -en Montevideo-, en los tres estadios Centenario, Pocitos y Parque Central. El torneo de 1982, en el cual participan por primera vez 24 equipos, se reparte por todo el país y los 52 partidos se disputan en nada menos que 14 ciudades y 17 estadios (dos en Barcelona, Madrid y Sevilla).